Chile: Miles despidieron al padre Baldo Santi

El arzobispo de Santiago presidió la misa de exequias

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por Paolo Cordero y Haydée Rojas*

«Él nos enseñó valores cristianos en el mismo infierno», las palabras de Cristián Espinoza -ex recluso–, resonaron con fuerza entre los presentes. Vestido con un overol, reveló públicamente ser un rehabilitado de la cárcel: «Él se la jugó por nosotros, se la jugó por gente que estaba botada. A las personas con sida nadie la consideraba. Por eso estoy aquí», expresó emocionado tras la celebración de exequias del padre Ubaldo Santi Lucherini, presbítero de la Orden de la Madre de Dios, fallecido la madrugada del viernes a la edad de 92 años. 

La Eucaristía se efectuó en la parroquia San Lázaro, y fue presidida por el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por monseñor Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de Santiago; el Vicario General de la curia, presbítero Rodrigo Tupper; el Vicario General de Pastoral, monseñor Héctor Gallardo; el Vicario para la Familia, padre Marek Burzawa; el Vicario de la Zona Oriente, presbítero Manuel Paz; el Vicario de la Zona Cordillera, padre Fernando Vives, religiosos de la Orden Madre de Dios y diáconos.

«Se ha perdido un gran servidor de la Iglesia», manifestó el ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet, mientras Carlos Massad, ex ministro de Salud y ex presidente del Banco Central, fue más allá: «Los enfermos de sida eran rechazados por todos. La sociedad decía que habían contraído este mal de manera pecaminosa y entonces, se les excluía cruelmente. Él, los acogió –a ellos y a sus familias–, lo que es un principio cristiano fundamental», aseveró quien durante los últimos ocho años ha sido director de la Fundación por la Dignidad del Hombre, que busca recursos para financiar la Clínica Familia, uno de los legados del padre Santi. Entre los asistentes también se encontraban la senadora Soledad Alvear; los ex ministros de salud, Pedro García, Jorge Jiménez, entre otros. 

En su homilía, el padre Alejandro Abarca, Delegado General en Chile de la Orden de la Madre de Dios, agradeció las muestras de cariño y destacó la capacidad del fallecido sacerdote para formar equipos y comprometer personas de las más diversas capacidades y orígenes, desde profesionales destacados hasta gente sencilla.

También hizo mención a los 47 años que tuvo a su cargo Caritas Chile desde la década del 50, cuando junto al cardenal Raúl Silva Henríquez la fundara, desarrollando una labor ejemplar: «La ayuda humanitaria, la leche, la harina de Caritas, proyectos autosustentables, soluciones habitacionales, marcan una etapa en su vida donde será testigo de todas las formas de pobreza».

«Gran emprendedor de iniciativas, fue capaz de dar soluciones a los desafíos que se le presentaban, como la Clínica Familia para enfermos de VIH y de cáncer terminal, que en su momento tanto rechazo provocó pero que él supo llevar adelante», expresó ante un templo totalmente lleno.

Finalmente, el padre Abarca señaló que las palabras caridad, misericordia, desarrollo humano, compañía, amistad, familia, «marcaron en alguna medida su itinerario de vida y su obrar. (El padre Baldo) Se suma a una larga lista de hombres y mujeres de Iglesia que construyen el Reino en nuestra patria, entregando su vida en favor de los más pobres y necesitados». 

Una canción para el padre Baldo

Nieves Zúñiga, «La Chanita», –una folclorista de 80 años– interpretó al terminar la eucaristía la misma canción que entregó al padre Baldo Santi hace más de dos décadas, cuando la Clínica Familia, donde acogería a enfermos terminales de sida, era resistida por la comunidad.

«Seamos todos cristianos, ya no tengamos temor», dice su lírica. Chanita espera que el padre «haya escuchado su letra desde el cielo», pero más importante aún, espera que como sociedad, hayamos captado el mensaje. 

Palabras del superior general 

Desde la India envió sus condolencias el padre Francesco Petrillo, rector general de la Orden de la Madre de Dios: «He pasado 18 años con él, los más hermosos de mi vida en Chile; junto a un hombre «gigante», que nos alumbró a todos con su vida, con su aventura misionera, con su pasión por Cristo y por el hombre».

En su carta, el padre Petrillo señaló haber conocido a «un hombre verdadero, con un corazón en busca del sentido de la vida, amante de la vida y de todo lo que podría abrazar con su mirada, con su carácter fuerte y lleno de compasión. Amaba a sus padres, a su familia, a su Orden de la Madre de Dios, a los chilenos en sus terremotos, en sus aluviones. Amó a los pobladores sin casas, a los presos políticos, a los enfermos de Sida, a los aquejados de cáncer terminal. A todos sin distinción», puntualizó.

*Comunicaciones Iglesia de Santiago

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Tal como informó Zenit, el presbítero italiano –nacionalizado chileno por gracia presidencial–, padre Ubaldo Santi Lucherini, falleció el pasado 4 de enero a la edad de 92 años, luego de haber dedicado toda su vida de misionero a atender a los más necesitados. (cf. www.zenit.org/article-44048?l=spanish)

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ZENIT Staff

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