El Ayuntamiento nombra Alcaldesa perpetua a la Virgen del Rosario

En la iglesia parroquial de Gádor, Almería, España

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Los vecinos de la localidad de Gádor recibirán a las 12:00h de este domingo, 14 de abril, la visita del obispo de Almería Adolfo González Montes, quien presidirá la Misa dominical, durante la cual se procederá al nombramiento de la Virgen del Rosario como Alcaldesa perpetua de la citada villa.

En el transcurso del mismo, el alcalde de la Villa de Gádor e impulsor de esta iniciativa, Eugenio Gonzálvez García, entregará a la Santísima Virgen del Rosario el bastón de mando, diploma acreditativo, medalla de concejal e insignia, como establece el Reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento. 

La iniciativa, aprobada por la Corporación Municipal, cuenta con la autorización del Obispado de Almería, quien recogió con satisfacción la propuesta de la Alcaldía de nombrar Alcaldesa horaria y perpetua a la patrona de Gádor.

El patronazgo de la Santísima Virgen del Rosario se remonta al año 1573. En 1801 se realiza la Capilla de la Virgen del Rosario, en el actual templo parroquial, y en 1856 se le hizo un fino manto de tisú blanco, con ramilletes de oro, por su intercesión en la epidemia de cólera de 1855, precisándose que siempre se ha acudido a ella en diversos momentos que han jalonado la historia de Gádor.

Por todo ello, se indicó en el Pleno, “en atención a los merecimientos que han sido reiteradamente reconocidos por los vecinos de Gádor, su Corporación Municipal, considerando el enorme fervor popular del que es objeto la imagen de la Santísima Virgen del Rosario, quiere agradecerle todo lo que ella ha hecho por Gádor y los gadorenses, nombrándola Alcaldesa honoraria y perpetua de la villa”.

Entre el caserío de Gádor sobresale, por su altura y rotundidad arquitectónica la iglesia parroquial de la Virgen del Rosario. El templo se levanta sobre una colina central que preside el conjunto urbano. La construcción primitiva se remonta al siglo XVI, una sencilla iglesia mudéjar, pero en el siglo XVIII se considera insuficiente por el aumento de población y se decide levantar un nuevo templo gracias al obispo Claudio Sanz y Torres (1761-69), quien culmina la renovación artística barroca de la catedral y promueve la construcción de numerosos templos en la provincia, entre los que destacará Viator, Gádor, Vélez Rubio y el Santuario de Nuestra Señora del Saliente.

Por la fecha tan tardía el edificio conjuga un modelo tradicional y barroco de planta de cruz latina, de tres naves y cúpula sobre pechinas en el crucero, con la simplificación decorativa y el rigor clasicista del neoclasicismo español de finales del siglo XVIII, que se refleja en la ausencia de retablo mayor, y la desornamentación general del interior.

Los retablos y la imaginería de la iglesia fueron totalmente destruidos durante la Guerra Civil, y tras la contienda se decoran las bóvedas con unas pinturas de escasa calidad, que desmerecen la majestuosidad del resto del conjunto.

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ZENIT Staff

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