Ecuador: el Servicio Jesuita a Refugiados con 'La hospitalidad abre fronteras'

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El SJR: ‘El trabajo con desplazados y migrantes como prioridad apostólica’

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El Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamérica y el Caribe (SJR LAC), conjuntamente con las oficinas nacionales del SJR en Ecuador, Panamá, Venezuela y Colombia inció el 7 de octubre la Campaña regional “La hospitalidad abre fronteras».

Según informaciones proporcionadas por el ente jesuita, en el evento estuvieron presentes diversos invitados, entre ellos, monseñor Fausto Gabriel Trávez, OFM, arzobispo metropolitano de Quito, así como los padres Gilberto Freire, SJ, provincial de la Compañía de Jesús en el Ecuador, y una delegación de la Conferencia ecuatoriana de religiosos y representantes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

En sus palabras de bienvenida, el provincial ecuatoriano subrayó que los migrantes, desplazados y refugiados son una prioridad apostólica de la Compañía de Jesús y en particular de la Conferencia de los Provinciales de América Latina (CPAL) y de la provincia ecuatoriana que él dirige.

Animó al Servicio Jesuita a Refugiados y a todas las obras jesuitas de Ecuador «a ser sensibles a la realidad de las personas en situación de desplazamiento forzoso» y, sobre todo, a practicar la hospitalidad con ellos.

Por su parte, el padre Roberto Granja, SJ, director del SJR Ecuador, recordó la historia del SJR desde su creación en 1980 por el padre general Pedro Arrupe en Roma hasta hoy día, mediante un proceso que se ha ido ampliando a través del mundo. En la región de Latinoamérica y el Caribe se cuenta con una oficina regional, el SJR LAC, integrada por cuatro oficinas nacionales en Ecuador, Venezuela, Panamá y Colombia.

El padre Granja explicó el espíritu y la misión que mueven el SJR, principalmente en Ecuador, donde se ve la necesidad de trabajar conjuntamente con las otras oficinas nacionales «en las fronteras». Somos parte de un cuerpo y tenemos que dar una respuesta regional y global a la dura realidad que afrontan las personas migrantes y refugiadas.

Se refirió también a la campaña como una gran oportunidad para sensibilizar a la Compañía de Jesús y al país sobre la situación de migrantes y refugiados y sobre la necesidad de que todos y todas adoptemos y practiquemos la hospitalidad como actitud.

Para finalizar, las y los asistentes fueron invitados a escribir desde el corazón un mensaje a una persona migrante o refugiada en una postal para manifestar su solidaridad con ella.

Más información sobre la campaña y cómo vincularse aquí

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ZENIT Staff

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