El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco Varela, ha realizado hoy su último discurso como presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y ha indicado que «se ha hecho mucho» si bien ha reconocido que «queda mucho más por hacer». Especialmente, en un momento en el que «la nación española se encuentra con graves problemas de identidad, amenazada por posibles rupturas insolidarias».
Ante el «agravamiento del problema» en los últimos tiempos sobre una «posible ruptura de la unidad de España», el presidente del episcopado se ha referido a una declaración de la Comisión Permanente de la CEE de octubre de 2012, en la que ya se dijo que no es moralmente aceptable.
«Ninguno de los pueblos o regiones que forman parte del Estado español podría entenderse, tal y como es hoy, -indica el documento de 2012- si no hubiera formado parte de la larga historia de unidad cultural y política de esa antigua nación que es España. Propuestas políticas encaminadas a la desintegración unilateral de esta unidad nos causan una gran inquietud».
En la inauguración de la 103 Asamblea Plenaria de la CEE que elegirá a su sucesor, el cardenal Rouco ha calificado la situación actual de «postcristiana», y ha denunciado que «el nivel intelectual del discurso público es más bien pobre», afectado por «el relativismo y el emotivismo».
Una vez más, el purpurado español ha lamentado la «crisis profunda» del matrimonio y la familia, el «envejecimiento alarmante» de la sociedad y la cultura «disgregadora y materialista del tener y disfrutar».
Además, ha criticado que «la tutela del derecho a la vida» se haya enfrentado en los últimos años a «nuevos desafíos», tanto en los comienzos de la existencia como en los finales de la misma.
En cuanto a la educación, el cardenal Rouco ha aseverado que la familia es «el sujeto primario» de la misma, pero naturalmente «necesita la ayuda de la escuela y, en su caso, de la Iglesia».
La debacle económica, que afecta de manera especial a los jóvenes y los emigrantes, también ha estado presente en el discurso del presidente saliente de la CEE.
Asimismo, ha reconocido que el matrimonio y la familia no son «una realidad exclusiva o particular de los cristianos», pero que la Iglesia debe prestar su ayuda «cuando no son reconocidos ni protegidos por la sociedad ni por las leyes de modo adecuado a su propia naturaleza y a su relevancia humana».
«La situación no es fácil», ha enfatizado el arzobispo de Madrid, aunque ha afirmado que los obispos españoles no van a ahorrar esfuerzos para «abrir nuevos caminos al Evangelio» y para estar «en un verdadero estado de misión permanente».
«Se ha hecho mucho» pero «queda mucho más por hacer», ha concluido el cardenal Antonio María Rouco Varela.
Por su parte, el nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini se ha hecho eco del mensaje que dirigió el papa Francisco a los obispos españoles en la reciente visita ad limina cuando les dio ánimos ante la realidad actual de «indiferencia de muchos bautizados», motivada por el influjo de una «cultura mundana».
Durante su intervención en la apertura de la Plenaria, Mons. Fratini ha recordado a los prelados que el Santo Padre les invitó a «seguir adelante con esperanza». Además, les ha insistido en las consignas recibidas por parte del Pontífice, en particular, «el acompañamiento de las familias, el incremento de las vocaciones sacerdotales y el cuidado testimonial en la atención a los pobres».
«El amor de Dios se manifiesta en la entrega y el sentido del otro, particularmente del débil. Todo esto invita a ponerse en estado de misión permanente, de anuncio incesante y animación constante», ha añadido el nuncio.
También ha pedido a los obispos españoles las virtudes de la «valentía» y la «paciencia» frente a «la cizaña» y les ha solicitado que actúen como «sembradores confiados, evitando el miedo de quien cree que la cosecha solo depende de él». Y ha subrayado: «Nuestro legado como obispos es solamente la santidad» pues «la Iglesia permanece cuando se dilata la santidad de Dios en sus miembros».
Por otra parte, a punto de cumplirse el primer aniversario de la elección del Papa, este jueves, Mons. Fratini ha agradecido todas las felicitaciones y las oraciones de los obispos y de los fieles de las diócesis españolas «como signo de la comunión que Cristo ha puesto en su Iglesia».
Finalmente, el nuncio ha reconocido al arzobispo de Madrid y presidente saliente del episcopado español, cardenal Antonio María Rouco Varela, su labor al servicio de la Iglesia durante los 12 años que ha estado al frente de la CEE y ha enviado sus mejores deseos al que sea elegido su sucesor este miércoles.