La Pastoral de la Movilidad Humana pidió a México y Estados Unidos abrir las fronteras para los seres humanos y no sólo para los productos y el dinero.
Los obispos de México, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua han hecho este jueves un corto peregrinaje en Chiapas, acompañados por los fieles, desde la iglesia de San Andrés Apóstol a la orilla del río Suchiate, donde han concelebrado la santa misa. En ese río que divide México de Guatemala, diariamente cruzan cientos de indocumentados hacia Estados Unidos de América.
El obispo Felipe Arizmendi Esquivel, de San Cristóbal de las Casas, dijo durante la homilía que como Iglesia no pueden permanecer indiferentes al dolor que padecen los migrantes, y añadió que no están solos.
“Es doloroso y triste -prosiguió el obispo- que si hay tratados para el libre comercio, si para que pasen las mercancías, pero no para que pasen los seres humanos. Es más importante el dinero, el negocio, las mercancías y para eso si hay tratados”.
Indicó que los 70 albergues de la Iglesia situados en la rutas migratorias del país, y que ofrecen comida y alojamiento a los «sin papeles», no son suficientes, y son un apoyo momentáneo. Indicó que la Iglesia Católica trabajará para que las Leyes migratorias puedan mejorar.
El acto se inserta en la reunión que está teniendo lugar estos días en Tapachula, México, para analizar la dolorosa realidad de miles de migrantes que atraviesan México para llegar a Estados Unidos con el título «Caminemos con Cristo Migrantes en el Mundo», que no son delincuentes sino personas que buscan mejores condiciones de vida. Añadió que el migrante es un sujeto que no sólo viene a buscar, sino también viene a dar.
Una vez más, los participantes del encuentro, han puesto de relieve que los migrantes en su camino, a través de sufrimientos sin fin, sufren extorsiones, robos, violaciones, asesinatos y secuestros. La iglesia por tanto pidió a la sociedad que se ayude a los migrantes y no permanecer indiferentes a su sufrimiento.