(ZENIT Noticias / Ciudad de México, 21.01.2025).- La Iglesia Católica colabora con la presidencia de la República de México en el programa “Sí al Desarme, Sí a la Paz”, iniciado el 10 de enero en el atrio de la Basílica de Guadalupe para promover la paz en el país. Los ciudadanos son invitados a entregar voluntariamente armas, municiones y explosivos a cambio de dinero en efectivo.
Monseñor Efraín Hernández, rector de la Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe, expresó ante la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad completo: “Un año más, es la sede que da inicio a este programa tan importante para nuestra sociedad: siéntanse cobijados por el amor maternal de la Santísima Virgen de Guadalupe que nos une y nos alienta; ella es ejemplo de unidad y de concordia. Nuestro país necesita vivir en paz”.
El programa ha sido diseñado a nivel nacional y se apoya en las Fuerzas Armadas, que reciben las armas en los centros de canje instalados en los atrios de las iglesias católicas. “Que los atrios de las iglesias inspiren confianza a las personas para traer sus armas de fuego e intercambiarlas nos llena de satisfacción y esperanza. Como Iglesia, apoyaremos siempre las iniciativas en pro de los derechos humanos, donde se promueva el respeto a la vida, la dignidad, la justicia, la paz duradera y los valores de las personas”, añadió Monseñor Efraín.
La Conferencia del Episcopado Mexicano manifestó la colaboración clara con el gobierno de la nación para promover la paz y manifestó su apoyo a la iniciativa desde el mes de diciembre. El uso de los atrios de los templos como espacio seguro para la entrega de armas manifiesta el perfil pacífico y el compromiso social de la Iglesia.
La presidente de México declaró: “Estamos profundamente comprometidos con la construcción de la paz. Haremos todo lo necesario para llevarla a cada rincón de nuestro país. Este programa está haciendo historia en México y, con él, estamos mostrando al mundo que en nuestro país estamos construyendo justicia y paz”.
Monseñor Efraín propuso a todos participar en el programa, recordando las palabras del Papa Francisco: “La paz no se construye con las armas, sino con el diálogo”.
La Presidente de México también agradeció a la Iglesia Católica su disposición y colaboración en la iniciativa, destacando que se trata de un programa histórico que servirá de ejemplo para otros países en el mundo.
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