ROMA, 27 oct (ZENIT.org).- En el Jubileo de los Deportistas que tendrá lugar el domingo en el Estadio Olímpico de Roma con la presencia del Papa, tomarán parte también seis futbolistas colombianos (Hiquita, Valderrama, Giarre, Franco, Varagan, Velocia), que serán acompañados por el entrenador de la selección nacional colombiana Edelchi García. El viaje en avión ha sido pagado gracias a la solidaridad de los futbolistas italianos y extranjeros que juegan en algunos equipos de la liga italiana, entre ellos Nesta, Di Biagio, Cordoba, Lorieri, Bertotto, Totti y Tommasi.
La iniciativa ha sido posible gracias al apoderado de fútbol, abogado Canovi y al sacerdote colombiano David Solano, párroco de Serrone (Frosinone) que han puesto en marcha la acción humanitaria. Los futbolistas colombianos serán huéspedes de los parroquianos del padre David en un hotel de Serrone.
El ex entrenador de la selección nacional de fútbol italiana Arrigo Sacchi, interviniendo en la rueda de prensa de presentación del Jubileo de los deportistas, dijo: «Estoy contento de estar hoy aquí para hablar de ética, altruismo y generosidad porque son todos aspectos fundamentales de los deportes de equipo. En el deporte espectacularizado de hoy se exalta mucho la individualidad, pero en realidad el verdadero líder debe ser el grupo, el equipo. Lamentablemente para comprender esto hace falta un equilibrio y una madurez que no muchos jugadores tienen hoy. A menudo la culpa es también de nosotros entrenadores, preparadores y dirigentes que, con el objetivo de vencer, no inculcamos los justos valores. Hay que aprender a tener una cultura de la derrota. Es justo que venza el mejor, siempre. No hay que tratar de vencer a toda costa sino tratar de desarrollar el mejor juego. En culturas más desarrolladas que la nuestra se piensa que una victoria conseguida sin mérito no es una verdadera victoria. No es así entre nosotros, donde se trata con subterfugios de alcanzar aquello que sobre el campo no nos hemos conquistado. Nosotros que somos un pueblo de estetas nos olvidamos de ello en el fútbol y en el deporte en general. Y es esto lo que tiene que cambiar, debemos transmitir un mensaje más positivo a las nuevas generaciones, que deben ser educadas mejor que la nuestra, con más valores, con un justo concepto de la victoria y de la derrota. Sólo así el deporte podrá crecer y podremos alejar aquellos sectores de hinchas más vulgares que son su ruina».