Juan Pablo II: Tras los atentados de Madrid, solidaridad y compromiso armónicos

Palabras antes de rezar la oración mariana del Ángelus

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 14 marzo 2004 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que dirigió Juan Pablo II este domingo antes de rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

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1. La página evangélica que nos propone la liturgia en este domingo hace referencia a dos trágicos hechos de las crónicas del tiempo de Jesús: la cruenta represión de una revuelta y el derrumbe de la torre de Siloé sobre una muchedumbre (Cf. Lucas 13,1-9). Nos hace pensar en la actualidad de nuestros días, marcados por desgracia por repetidas noticias de violencia y de muerte.

El domingo pasado ya hacía referencia a los polvorines de guerra y a los ataques terroristas que ensangrientan varias partes del mundo. El jueves pasado tuvo lugar el dramático atentado en Madrid, que ha provocado doscientas víctimas y ha provocado más de mil heridos. El horrendo crimen ha conmocionado a la opinión pública mundial. Ante tanta barbaridad, uno se queda profundamente trastornado, y se pregunta cómo es posible que el espíritu humano pueda llegar a concebir felonías tan execrables.

2. Al confirmar la absoluta condena de semejantes actos injustificables, expreso una vez más mi participación en el dolor de los familiares de las víctimas y mi cercanía en la oración a los heridos y a sus seres queridos.

Ha tenido un eco conmovido en todo el mundo el testimonio conjunto de solidaridad que se levantó de todas las partes de España el viernes pasado, con la participación de las autoridades políticas de toda Europa.

Apoyándose en la contribución armónica de todas las fuerzas sanas del continente, es posible mirar hacia delante con confianza y esperar en un futuro mejor. En particular aquellos que creen en Dios, Creador y Padre, deben sentirse comprometidos a trabajar por la edificación de un mundo más fraterno y solidario, a pesar de las dificultades y obstáculos que pueden encontrarse en este camino obligado e inaplazable.

3. En las manos maternales de María, Virgen de la misericordia, ponemos de manera particular a las víctimas del terrible atentado terrorista de Madrid. Le pedimos que proteja y vele por la querida nación española, por Europa y por el mundo entero.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]

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ZENIT Staff

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