Los derechos humanos no son simples exigencias personales, aclara el Papa

Al analizar los desafíos de los laicos en Estados Unidos

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 4 junio 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II denunció este viernes que los derechos humanos están siendo reducidos a simples «exigencias personales» en las sociedades occidentales, y en particular en Estados Unidos.

Así lo constató al recibir en audiencia los obispos de Colorado, Wyoming, Utah, Arizona, New Mexico y el occidente de Texas al concluir su visita «ad limina apostolorum», poco antes de recibir en audiencia al presidente George W. Bush.

«En los últimos cuarenta años, mientras la atención política a la subjetividad humana se ha centrado en los derechos del individuo, en el ámbito público ha habido una resistencia creciente a aceptar que todos los hombres y mujeres reciben su dignidad común y esencial de Dios y con ella la capacidad de encaminarse hacia la verdad y la bondad», constató el obispo de Roma.

«Separados de esta visión de unidad y propósito fundamentales de toda la familia humana, los derechos se ven reducidos a veces a simples exigencias personales», añadió.

Como ejemplos, mencionó «el aumento de la prostitución y la pornografía en nombre de la capacidad de decisión adulta, la aceptación del aborto en nombre de los derechos de la mujer, la aprobación de uniones entre personas del mismo sexo en nombre de los derechos de los homosexuales».

«Frente a estos modos de pensar tan erróneos como difundidos», el Papa recordó a los laicos «su «especial responsabilidad» en la evangelización de la cultura y en la promoción de los valores cristianos en la sociedad y en la vida pública».

«Falsas formas secularizadas de «humanismo» que exaltan el individuo de tal manera que se convierten en una auténtica idolatría sólo pueden ser contrarrestadas con el redescubrimiento de la genuina e inviolable dignidad de cada persona», aseguró.

«Esta dignidad sublime se manifiesta en todo su esplendor cuando se considera el origen y destino de las personas –creadas por Dios y redimidas por Cristo–», indicó.

«Por tanto –aseguró–, ¡vuelvo a repetir a los estadounidenses que el misterio pascual de Cristo es el único punto seguro de referencia para toda la humanidad en su peregrinación en búsqueda de una auténtica unidad y de una verdadera paz!», exhortó.

«El crecimiento en la misión profética de los laicos es uno de los grandes tesoros que están siendo revelados a la Iglesia del tercer milenio», observó.

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ZENIT Staff

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