SANTIAGO DE CHILE, martes, 15 junio 2004 (ZENIT.org).- Miembros de la Comisión nacional de Bioética de la Conferencia Episcopal de Chile han advertido el jueves pasado de que la «píldora del día después» atenta contra la vida humana, circunstancia reconocido por la FDA de los Estados Unidos y por los laboratorios que la producen, recalcando que el producto viola principios de la Constitución Política chilena.
Dicha comisión dio a conocer antecedentes que afirman que el «levonorgestrel» –contenido en la «píldora del día después», que en Chile se vende bajo el nombre de «Postinor 2»– tiene efectos sobre la implantación del óvulo fecundado; de ahí que atente contra la vida humana.
El doctor Patricio Ventura-Juncá, integrante de la Comisión, explicó que «la literatura científica publicada a la fecha reconoce tres posibles mecanismos de acción de la «píldora del día después»: inhibición de la ovulación, inhibición de la fertilización o impedimento de la implantación, lo que constituye un efecto abortivo».
«A la fecha, no hay ninguna investigación que concluya que está descartado el efecto abortivo –puntualizó–. Algunos investigadores consideran que este mecanismo puede ser muy importante, otros menos; pero nadie considera el tema dilucidado, por lo que se requiere seguir investigando», recoge la nota difundida desde el episcopado chileno.
De hecho, la Administración para la Alimentación y los Medicamentos estadounidense («Food and Drug Administration», FDA) señaló el pasado 7 de mayo que el «levonorgestrel» «actúa como un contraceptivo de emergencia principalmente previniendo la ovulación o la fertilización (alterando el transporte en las trompas de Falopio de los espermios o el óvulo), y además puede impedir la implantación (alterando el endometrio)».
Igualmente, los laboratorios que comercializan la «píldora del día después» entregan la misma información a la población.
Es lo que dice el laboratorio Besisn-Iscovesco al presentar el «levonorgestrel», señalando que «…podría bloquear la ovulación, impidiendo la fecundación, si la relación sexual tuvo lugar en las horas o días anteriores a la ovulación. Pero podría igualmente impedir la implantación»…
El doctor Ventura-Juncá explicó que el hecho de que la «píldora del día después» sea efectiva cuando la relación sexual ocurre en la ovulación y también cuando es ingerida al cuarto o quinto día de ella, es una prueba empírica importante para postular el efecto antiimplantatorio de este producto.
Por su parte, la abogada Carmen Domínguez, miembro de la Comisión de Bioética, subrayó que existen todos los antecedentes para considerar el «levonorgestrel» inconstitucional en la medida en que atenta contra el derecho a la vida.
El sacerdote Fernando Chomalí, miembro también de la Comisión, lanzó un llamamiento para que junto a la entrega de esta píldora se informe de su consecuencia abortiva.
En Chile se ha encendido la polémica por la decisión de gobierno de autorizar, desde el 15 de mayo, el suministro de este fármaco, libre de costes, a las víctimas de violación.
Ya en 2001 el Tribunal Supremo de Chile rechazó los intentos de introducir una clase de píldoras, «Postinal», por sus efectos abortivos. Sin embargo, el gobierno eludió el dictamen del tribunal usando «Postinor 2», explicó el 12 de mayo el periódico «El Mercurio». Ya han llegado las primeras 20.000 unidades de estas píldoras.
El pasado 16 de abril, la Comisión de Bioética del episcopado chileno mostró su repulsa por esta decisión alertando de que se perderían vidas humanas, pero también avisó que no eran necesarias evidencias médicas de violación para que las mujeres obtuvieran las píldoras, ni que tenían que presentar denuncia alguna ante la policía.