Dentro un mes terminará el “Año de la Fe” inaugurado por el papa emérito Benedicto XVI –y siempre a “cuatro manos”– será clausurado por el papa Francisco en el Vaticano. Un año en que el tema de la fe ha sido puesto a la luz, frente un mundo que se ha aventurado a vivir sin absolutos y al vaivén de los mercados económicos que siempre excluyen.
No hay duda de que la Iglesia sale fortalecida de esta celebración: una encíclica sobre la fe, encuentros y ceremonias de reafirmación para los creyentes, nuevos santos y beatos evangelizadores y la expectativa hacia un nuevo Sínodo de los Obispos en 2014, esta vez centrado en el urgente tema de la familia.
De un lado al otro del planeta han habido quienes redoblaron sus esfuerzos misioneros ad intra y ad extra. También se ha obtenido una respuesta generosa y entusiasta de los fieles –a modo de un “León dormido” que despierta– y que servirá para elaborar una mejor estrategia para los tiempos actuales.
Una de estas instituciones es el Centro del Apostolado Católico (Catholic Apostolate Center) en Washington DC, obra de la provincia de la Inmaculada Concepción de los religiosos palotinos en los Estados Unidos. ZENIT dialogó con el padre Frank S. Donio, SAC, director del Centro, quien conoce bien lo que significa hallar nuevos caminos para la evangelización, aún en una sociedad tan competitiva y tecnificada como es la estadounidense.
Estamos cerca del final de la celebración del “Año de la Fe». En su opinión, ¿qué permanecerá en los creyentes después de esta experiencia mundial?
–Padre Donio: El Año de la Fe ha sido una oportunidad espiritual para reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestra relación personal con Jesucristo y luego ir adelante y dar testimonio de la fe y de la caridad. Mi esperanza es que este mensaje haya calado en la vida de los creyentes, y que dé sus frutos a través de una mayor renovación no solo en la Iglesia, sino en el mundo.
Este año ha sido rico en actividades y encuentros de los diferentes sectores… ¿Dónde debe insistir más la Iglesia en pos de la profundización de la fe?
–Padre Donio: En el testimonio personal de la fe, sea en las palabras como en los hechos de la vida cotidiana. Las actividades y encuentros nos ayudan en nuestro crecimiento en la fe, pero el testimonio personal puede transformar la vida de los creyentes, de la Iglesia y del mundo. Conocer la fe a través de la catequesis no es suficiente; vivir la fe en la vida cotidiana, fuera del edificio de la Iglesia es la clave.
Una reciente estadística de Propaganda Fide demuestra que la Iglesia tiene una gran obra misionera y socio-caritativa en el mundo… ¿En qué zonas geográficas debería reforzarse más la fuerza y presencia de la Iglesia, ya sea en una u otra actividad?
–Padre Donio:Como todos saben la Iglesia, en lo que algunos llaman el «Sur Global», está creciendo a un ritmo excepcional en una serie de lugares, pero a la vez está disminuyendo en el «Norte Global». Nuestra solidaridad con los otros, como Iglesia global, puede beneficiar a todos si estamos dispuestos a ir más allá del nacionalismo y de los prejuicios. Una colaboración más estrecha con los otros en el servicio a la fe y las necesidades socio-caritativas, puede ser un remedio a la escasez en cualquier área.
Es un envío permanente, ¿no?
–Padre Donio: Yo personalmente he visto el beneficio de este tipo de colaboración en mi propia comunidad religiosa, los Palotinos, y en la asociación de la que somos parte, la Unión del Apostolado Católico. Estamos en más de cincuenta países de todo el mundo y cuando colaboramos bien, entonces las necesidades de la fe y de la caridad son atendidas más plenamente; y otras son reforzadas y se desarrollan nuevas oportunidades. Este tipo de colaboración engendra esperanza.
Hoy en día vivimos en medio de una sociedad secular, donde el mundo se mueve a merced de las teorías económicas. ¿Cómo debe presentarse el evangelio a los hombres y mujeres de estos tiempos?
–Padre Donio: El testimonio de los creyentes que es auténtico, caritativo, abierto, hospitalario, acogedor y comunitario, es una respuesta a aquellos que consideran que la sociedad secular es individualista. A la gente se le utiliza y luego es desechada. Solo si son útiles tienen un lugar. Muchos adultos jóvenes con los que trabajo en la pastoral ven la mentira de este pensamiento. A menudo luchan para encontrar puestos de trabajo, tienen deudas y están heredando los problemas económicos provocados por las generaciones anteriores. La Iglesia ofrece una comunidad de creyentes que, en el mejor de los casos, se preocupa por los demás y ayuda a todos en la conducción de una vida virtuosa, con valores, y hacia una meta que es eterna y no pasajera.
Durante este año salió a la luz la encíclica Lumen fidei. ¿Dónde está la «novedad» doctrinal de este documento?
–Padre Donio: No es algo nuevo, sino renovado. Lumen fidei es nueva en el sentido de que fue escrita por el santo padre Francisco y el papa emérito Benedicto XVI. Ofrece una exposición clara de lo que es la fe y cómo podemos vivir la fe concreta en un mundo que necesita de la «luz» de Jesucristo.
Durante el “Año de la Fe”, la Iglesia vivió el cambio de un sumo pontífice. ¿Cómo ve los primeros siete meses del papa Francisco?
-Padre Donio: El papa Francisco ya consiguió, por su testimonio, cambiar la común y secular narración sobre la Iglesia en los últimos años. Esto es: escándalo, discordia, etc. En su lugar, a través de una fe vivida en la caridad, él nos muestra cómo dar testimonio de la esperanza en el mundo. Todos estamos aprendiendo aún acerca de él, pero su testimonio es claro y desafía a todos a una reflexión más profunda sobre cómo vivimos aquello que decimos creer. Con el tiempo, podremos saber más, pero yo he encontrado en él un profundo ejemplo de fe que me ha llevado a examinar profundamente la forma en que vivo como religioso y como presbítero.
Y en la misma reflexión, ¿cuál fue el principal legado dejado por el papa Benedicto XVI?
-Padre Donio: Todo lo que el papa Benedicto hizo por la Iglesia será más plenamente comprendido y apreciado con el tiempo, como es el caso con cualquier legado. El papa Francisco nos ofrece un ejemplo a seguir al haber invitado al papa Benedicto XVI a seguir siendo un presente, en lugar de un pasado, como un testigo. Podemos aprender de esto y tomarnos el tiempo para leer lo que Benedictó XVI ha escrito y apreciar el regalo de que él todavía esté con nosotros.
Aunque el papa Francisco está dirigiendo a la Iglesia con gestos humildes y pautas simples, hay algunos que lo critican porque está «simplificando» el papado. ¿Es esto real?
-Padre Donio: Los críticos siempre estarán presentes, no importa qué papa sea. Algunos criticaron al papa Benedicto XVI por la renuncia diciendo que disminuyó el papado. En cambio, yo prefiero centrarme en el fruto del testimonio de ambos y esto se llama humildad. Dejando el papado, como lo hizo el papa Benedicto XVI, no fue un acto de una persona egoísta. Y vivir en el camino que el papa Francisco realiza, tampoco es el acto de una persona egoísta. Estas son acciones de hombres de gran oración, con un enfoque de la vida en Cristo, no en la vida de uno mismo. En un mundo que está enamorado de la celebridad, la verdadera humildad –no el egoísmo– es la que se centra en el bien del otro, en la verdadera caridad; esto es algo ante lo que hay que hacer una pausa y evaluar nuestra propia vida.
También hay quienes critican porque el papa insiste en que el trabajo de la Iglesia debe estar centrado en el mensaje de Cristo, y no obsesio
narse sobre cuestiones de moral sexual, por ejemplo.
-Padre Donio: Jesucristo no es un qué, sino un quién. Podemos tener una relación con él. Él no está lejos de nosotros, sino que es nuestro hermano que nos lleva a la salvación. Todas nuestras enseñanzas morales se basan en esta relación, pero no son el punto de partida de la fe sino lo es la relación con Jesucristo. El bautizado continúa la misión de Cristo, él trabaja a través de nosotros, y ayuda a otros a experimentar la vida en él. Somos enviados, como discípulos misioneros, como apóstoles, para ser testigos en el mundo. Nuestro testimonio es de palabra y de obra, que incluye la vida moral, viviendo el amor de Dios y del prójimo. Los misioneros no viven vidas en compartimentos. La fe y la caridad viven juntos, no uno o el otro.
Parece algo nuevo pero no lo es, ¿verdad?
– Padre Donio: Nada de esto es un nuevo mensaje. Lo que parece ser nuevo es que algunos están escuchando esto por primera vez, posiblemente debido a que el lenguaje utilizado es sencillo y directo.
¿Cómo vivieron el Año de la Fe, sea en el Centro del Apostolado Católico, como en la provincia estadounidense de la Inmaculada Concepción de los Palotinos? ¿Qué líneas principales han surgido de esta experiencia para el trabajo futuro?
-Padre Donio: El Centro del Apostolado Católico se desarrolló enormemente durante el Año de la fe. Ofrecimos oportunidades a las personas para crecer en la fe y en la caridad. Esto a través de nuestros muchos recursos en línea, como también a través de los programas y actividades con que colaboramos con la Conferencia de Obispos, las arquidiócesis y diócesis, instituciones educativas y diversas organizaciones internacionales y nacionales. También ofrecemos un espacio en nuestro local en Washington DC, donde nuestras organizaciones afiliadas y otras pueden venir para una renovación espiritual y de colaboración. Esperamos seguir ampliando la colaboración del Centro fuera de América del Norte y estamos examinando formas para que esto suceda concretamente.
¿Y cómo van los planes de expansión…?
-Padre Donio: Como Provincia, hemos comenzado un trabajo misionero en una zona remota del Perú, que amplía la presencia de los Palotinos en América del Sur. Estos esfuerzos durante el Año de la Fe y de nuestro Año jubilar por la celebración del quincuagésimo aniversario de la canonización de san Vicente Pallotti (el 22 enero de 2013), nos ofreció grandes oportunidades para actualizar la obra de la nueva evangelización.
Para leer más sobre el Centro del Apostolado Católico (en inglés) aquí. Y para conocer a los religiosos palotinos entre aquí.