El Atrio de los Gentiles que se realizará en Berlín del 26 al 28 de noviembre ha sido presentado hoy en la Sala de Prensa del Vaticano. Es organizado por el Pontificio Consejo de la Cultura, en colaboración con las arquidióceis de Berlín y la Conferencia Episcopal Alemana.
El Patio de los Gentiles o Patio de los Gentiles es una iniciativa inspirada por Benedicto XVI, que organiza el Pontificio Consejo para la Cultura desde el año 2011 y que tiene como finalidad abrir un espacio de diálogo con gran respeto entre creyentes, agnósticos y ateos a través de una confrontación de alto nivel sobre los principales temas culturales y sociales. Se ha celebrado en 14 ciudades europeas y también en la Ciudad de México.
En la conferencia de prensa intervinieron Mons. Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania; el padre Hans Langendörfer, S.I., secretario de dicha CE; el Dr. Joachim Hake, director de la Academia Católica del arquidiócesis de Berlin; y el padre Laurent Mazas, director ejecutivo del Atrio de los Gentiles.
“Antes mismo de la caída del Muro de Berlín –indicó Mons. Zollitsch– y de la revolución pacífica de 1989, la metrópoli de Berlín había registrado experiencias de libertad de tipo particular. La disputa sobre la justa definición de la libertad del hombre y de un humanismo con o sin Dios, conoce en Berlín una historia larga de hechos alternados, que influenció durante el tiempo por su modo de percibir el secularismo, la religión y la fe”.
Por ello, añadió la importancia de realizar en Berlín el Atrio de los Gentiles. “Aquí se encontrarán creyentes, agnósticos y ateos para discutir sobre temas como: la profundidad del humanismo ético, de la grandeza de la fe en Dios, de la libertad del arte y de la belleza, de respeto y creación, de aspectos y modelos del hombre, pero también de la gracia y dignidad de la naturaleza humana y de la devoción.
Por ello, 24 años después de la caída del Muro y de la revolución pacífica del 89, y de sus consecuencias “el horizonte de las temáticas es muy amplio y con temas también de base”.
Recordó que “Berlín es la ciudad del idealismo, la ciudad en la que Fichte, Scheleiermacher, Schelling y Hegel, entre 1790 y 1850 reflexionaron sobre la libertad humana y divina y de la relación entre religión, moral y arte”.
“Se trata de individuar -prosiguió- las contribuciones que los creyentes y los humanistas ateos han traído a esta historia, de poner fin a malentendidos, de los cuales hemos sido muchas veces víctimas también en Berlín».
“Por ello no es un caso que la inauguración del Patio de los Gentiles se realice en el Municipio Rojo, y haya sido titulado con esta pregunta de Dostojewski: ‘Si no hay ningún Dios, todo está permitido’.
Entre los eventos del Atrio de los Gentiles, figura también un experimento religioso-estético con estudiantes universitarios y de escuelas superiores del Bode Museum de Berlín.
Y concluyó recordando que el Patio de los Gentiles “quiere mostrar la riqueza y la profundidad de la fe católica y expresar su estima por las posiciones de los no creyentes, pero también ver en la fe los trazos de incredulidad”.
