CIUDAD DEL VATICANO, 23 mayo 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha pedido que se abarate el costo de las medicina en los países pobres.
La petición fue presentada por el arzobispo Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, en un discurso pronunciado el miércoles 16 de mayo durante la LIV Asamblea Mundial de la Sanidad, que se ha celebrado en Ginebra del 14 al 22 de mayo.
En su intervención, hecha pública ahora por la Oficina de Información de la Santa Sede, el «ministro» de Salud de la Santa Sede explicó que la Iglesia «acepta la propiedad intelectual y las patentes de los medicamentos, pero siempre que estén regidas por el bien común internacional de la salud y las demás condiciones previstas para ellas en una adecuada legislación nacional e internacional».
«La «hipoteca social» que, como dice el Papa –continuó diciendo el arzobispo– grava también sobre las patentes, deberá permitir abaratar los medicamentos y demás productos de la ciencia y tecnología médica».
En este sentido, señaló que sería necesario: «diferenciar el precio de los fármacos para el mercado de los países industrializados del de los países en vías de desarrollo. Alentar la investigación sobre medicinas descuidadas o destinadas a curar enfermedades típicas de los países en vías de desarrollo».
Asimismo, monseñor Lozan pidió «alargar la lista de los medicamentos genéricos que satisfacen a la mayoría de la población; promover legislaciones nacionales y acuerdos internacionales para contrarrestar el monopolio de pocas empresas farmacéuticas y abatir así los precios en especial para los países en vías de desarrollo; propiciar acuerdos para la adecuada transferencia de tecnología sanitaria a dichos países».