Un centenar de personas procedentes de diversas provincias andaluzas, miembros del movimiento Comunión y Liberación, carisma nacido en los años 60 en Italia de la mano del sacerdote D. Luigi Giussani, y presentes en la diócesis de Granada, participó en unas jornadas de convivencia y amistad durante un fin de semana en el seminario Sierra Nevada-Hotel del Duque, en Granada.
Lo indicó la directora de Medios de Comunicación del Arzobispado de Granada, Paqui Pallarés, en un comunicado que hizo llegar hoy a la redacción de ZENIT.
El arzobispo presidió la eucaristía en cuya homilía subrayó que Cristo está presente y es real, y el modo de vivir está en su Iglesia. “La objetividad del acontecimiento de Cristo es nuestra esperanza”, y esa esperanza es para todos los hombres. Asimismo, Mons. Martínez señaló que el mal que nos puede suceder no es que nos sucedan cosas como accidentes, dificultades o enfermedades, sino que el mal nos sucede cuando no tenemos a Cristo.
En el rezo de Laudes, en el Hotel del Duque
Uno de los ejes de este encuentro fueron los diversos testimonios. Y es que la experiencia de la fe para que crezca ha de estar sembrada de hechos y no interpretaciones o discursos. De ahí, el lema del encuentro: “Un camino de la mirada”, porque el Señor obra a nuestro alrededor y nos habla a través de hechos y circunstancias que cambian el corazón y nuestra mirada.
Entre estos testimonios, estuvo el de un matrimonio procedente de la localidad madrileña de Coslada, que indicaron cómo el misterio de Cristo ha llamado a la puerta de su casa a través de la enfermedad.
Mª Carmen Fernández testimonió cómo está viviendo su cáncer de mama, que se ha convertido en ocasión para afirmar “Tu gracia vale más que la vida”. En esta misma línea, se explicó su esposo Roberto de la Cruz, a raíz de dos circunstancias vinculadas con la enfermedad –la del cáncer de mama de su mujer y el inicio de esclerosis múltiple que le diagnosticaron en el año 2000- junto al reencuentro con su padre, antes de fallecer, a quien no veía desde la adolescencia por diversos motivos familiares.
“Nunca he sido más yo misma que cuando tú estás Señor. No hay fatiga, límite o circunstancia que impida que un acontecimiento imprevisto vuelva a suceder. En mi vida deseo vivir todo en relación con el infinito. Esta desproporción me hace darme cuenta del eco de Su voz”, explicó Mª Carmen, en su experiencia de fe madurada con motivo de su enfermedad. “En los momentos de prueba pedía al Señor que fuesen momentos de conversión. Deseaba decir sí a lo que tuviese para mí. Vi que el sí a la fe da consistencia a mi vida”, subrayó.
El encuentro concluyó con la Eucaristía celebrada al aire libre en el Hotel del Duque, donde se invitó a los participantes a hacer presente a Cristo “en nuestras periferias existenciales”, en palabras del Papa Francisco, es decir, en nuestros ambientes cotidianos de trabajo, familia… “y en nuestro propio corazón”.