"En Nigeria hay fuerzas del mal que manipulan la religión para sus propios fines"

Dos obispos comentan los últimos atentados de Boko Haram

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ROMA, lunes 23 enero 2012 (ZENIT.org).- Dos obispos nigerianos han comentado los últimos atentados terroristas de la secta fundamentalista musulmana Boko Haram en Nigeria que se han saldado con cientos de muertos y heridos. Quienes realizan los atentados cuentan con una perfecta organización y numerosos medios por lo que hacen suponer que hay fuerzas que intentan usar la religión para lograr sus fines.

Poco después de los atentados de Kano, Boko Haram volvió a atentar contra cristianos. En el estado norteño de Bauchi –informa este lunes el diario vaticano L’Osservatore Romano–, este domingo fueron asaltadas dos iglesias. Los dos edificios –según fuentes locales citadas por agencias de prensa internacionales- estaban vacíos y no hubo víctimas, aunque uno de ellos se quemó completamente.

Monseñor John Namaza Niyiring, obispo de Kano, declaró a la agencia vaticana Fides el 21 de enero, que la ciudad “está todavía convulsionada”. “La serie de asaltos coordinados en diversos puntos de la ciudad duró cerca de tres horas”, explicó el obispo.

En Kano, la ciudad más importante del norte de Nigeria, en la tarde del pasado 20 de enero, bandas armadas de la secta Boko Haram asaltaron varios objetivos con un resultado de al menos 178 muertos y centenares de heridos [la cifra de muertos ha seguido aumentando desde entonces].

Monseñor Niyiring describía así aquellas dramáticas horas: “Los asaltantes parecían bien adiestrados y llevaban uniformes miméticos como lo que usa la fuerza móvil de la policía.

Esto llevó a engaño a algunos civiles que se dirigieron hacia los terroristas, creyéndoles policía, quienes les asesinaron sin piedad. Entre los objetivos atacados con artefactos explosivos están el cuartel general de la policía regional, el del Servicio de Seguridad, de la Aduana y del Departamento de Inmigración, además del cuartel de la policía. Tras explosionar las bombas, los miembros del comando dispararon a todos aquellos que se encontraban en las cercanías de estos objetivos, en especial a quienes llevaban un uniforme. Un buen número de terroristas estaba formado por extranjeros, en especial de Níger y Chad. Algunos de estos son probablemente extranjeros en espera de regular su situación en el país que han sido reclutados por Boko Haram”.

El obispo especificó que, aunque esta vez la Iglesia católica no ha sido el objetivo principal, “algunas estructuras han sido dañadas, aunque sacerdotes y religiosos no han resultado afectados. Tenemos noticia sin embargo que algunos de nuestros parroquianos están entre las víctimas”.

El día de los atentados, el arzobispo de Jos, en Nigeria central, monseñor Ignatius Ayau Kaigama, declaraba a Fides que estaba tratando de ponerse en contacto con el obispo de Kano, pero las líneas no funcionaban.

«Anoche hablé con el párroco de la iglesia de Nuestra Señora de los Apóstoles, por el teléfono móvil, me dijo que estaba obligado a esconderse porque estaba bajo ataque –relató el obispo de Jos–. Sin embargo, la información que tenemos no es completa, y estamos en busca de confirmación. Las líneas telefónicas se han caído, no sé si es un problema técnico o de otra causa. La situación sigue siendo confusa. Veremos cómo el gobierno va a reaccionar a este nuevo ataque», había declarado ese día monseñor Kaigama.

El arzobispo confirmó que a Jos estaban llegando cristianos que huían del Estado de Yobe (Norte), debido a los recientes ataques de los miembros de Boko Haram.

«Como Jos es un área donde predominan los cristianos, esta gente viene aquí para reunirse con amigos y familiares», explicó el arzobispo.

Monseñor Kaigama subrayó que «tenemos que mirar más allá del aspecto religioso de esta crisis. Cada vez que los cristianos y los musulmanes son asesinados hay que señalar que hay fuerzas del mal que manipulan la religión para sus propios fines».

«Tenemos que descubrir quiénes son estas fuerzas. Hay muchos intereses que alimentan la tensión y la violencia en Nigeria. Es increíble cómo Boko Haram puede llevar a cabo ataques cada vez más sofisticados y coordinados, no sólo contra la población civil, sino también contra los agentes del Estado. Son ataques que se llevan a cabo de manera muy eficiente y precisa», subrayó.

«Por lo tanto, debemos mirar más allá de las apariencias: existe una sofisticada red que recluta a la gente, la entrena y la arma para llevar a cabo este tipo de ataques», concluyó el arzobispo.  

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ZENIT Staff

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