CIUDAD DEL VATICANO, lunes 3 de octubre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI ofreció una perspectiva original del vínculo que existe entre la fe y la razón durante su visita a Alemania, según el director de Oficina de Información de la Santa Sede.
El padre jesuita Federico Lombardi reflexionó, en su editorial semanal para la Televisión Vaticana, sobre el discurso que el Papa dirigió el 24 de septiembre a los seminaristas en Friburgo.
“Entre todas las cosas importantes que el Papa dijo en Alemania quisiéramos recordar una en especial, que quizás pasó desapercibida ya que lo dijo improvisando al final de su conversación con los seminaristas de Friburgo”, destacó el padre Lombardi.
A pesar de que el Santo Padre alentó especialmente a los seminaristas a ser estudiosos, destacó que “es importante que todo el mundo lo haga”, recordó el jesuita.
Mundo paralelo
El Pontífice dijo: “Nuestro mundo hoy es un mundo racionalista y condicionado por la cientificidad, aunque a menudo se trate de una cientificidad sólo aparente”.
“El espíritu de la cientificidad, del comprender, del explicar, del poder saber, del rechazo a todo lo que no es racional, es dominante en nuestro tiempo -dijo el Papa-.Hay en esto algo grande, aunque a menudo detrás se esconde mucha presunción e insensatez”.
El Santo Padre continuó afirmando que “la fe no es un mundo paralelo del sentimiento, que nos permitimos”.
Más bien “es lo que abraza el todo, le da sentido, lo interpreta y le da también las directrices éticas interiores, para que sea comprendido y vivido de cara a Dios y a partir de Dios -explicó-.Por esto es importante estar informados, comprendes, tener la mente abierta, aprender”.
“Naturalmente, dentro de veinte años estarán de moda teorías filosóficas totalmente distintas de las de hoy”, destacó.
Y añadió: “Si pienso en lo que entre nosotros era la más alta y moderna moda filosófica y veo cómo todo eso ya se ha olvidado…”.
“A pesar de ello, no es inútil aprender estas cosas, porque en ellas hay también elementos duraderos”, insistió.
“Y sobre todo, con ello aprendemos a juzgar, a seguir mentalmente un pensamiento – y a hacerlo de forma crítica – y aprendemos a hacer que, al pensar, la luz de Dios nos ilumine y no se apague”, dijo.
“Estudiar es esencial: sólo así podemos hacer frente a nuestro tiempo y anunciarle el logos de nuestra fe”, indicó a los seminaristas.
“Estudiar también de forma crítica – en la conciencia, precisamente, de que mañana otro dirá algo distinto – pero ser estudiantes atentos y abiertos y humildes -exhortó-, para estudiar siempre con el Señor, ante el Señor y para Él”.
Personal y concretamente
El padre Lombardi subrayó: “Sabemos que la insistencia en la relación entre la razón y la fe es una de las características de este pontificado pero raramente hemos escuchado su explicación de forma tan personal y concreta como lo hizo a los seminaristas de Friburgo”.
“Claramente -añadió-, Joseph Ratzinger, el seminarista, estudió con seriedad e inteligencia; y así continuó haciéndolo en su vida, para poder ayudar a toda la Iglesia a dar razón de su fe (cf. 1Pe3,15), como hoy en día desea el mundo verdaderamente”.