Por E. Christian Brugger
WASHINGTON, D.C., miércoles 6 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Es bueno saber que la productora de confianza de aspirinas, la Bayer, está pensando en nuestras hijas. La productora de anticonceptivos orales como Yaz, Beyaz y Yasmin fue citado en 2008 por la FDA por no tratar adecuadamente los restos de la hormona activa de las píldoras, drospirenona, la llamada “cuarta generación” de píldoras anticonceptivas.
Las cosas empeoraron hasta tal punto que la doctora Jennifer Ashton de la CBS News, juzgó la historia de interés periodístico. En el Show del 2 de junio Ashton contó que la FDA había emitido una nueva advertencia de seguridad en contra de las nuevas píldoras por miedo a un aumento del riesgo de coágulos sanguíneos peligrosos. El informe fue realizado en parte por la publicación de dos artículos en la British Medical Journal (1, 2) (BMJ) de abril de 2011, y que comparaba la seguridad de los anticonceptivos orales que usaban drospirenona con los anticonceptivos que usaban levonorgestrel (conocidos como la “segunda generación” de la progesterona sintética).
Estos dos artículos fueron publicados tras la trágica muerte, el pasado septiembre, de una joven de Nueva Jersey de 18 años de edad, Michelle Pfleger, que sufrió un infarto en la universidad, a partir de un paro cardíaco ya que tenía un gran coágulo de sangre en los pulmones, se cree que a causa de tomar Yaz. La gran farmacéutica respondió a los dos artículos diciendo que estas drogas no eran más peligrosas que otros anticonceptivos orales. Alentador. El 10 de mayo, la madre de Michelle presentó una demanda por homicidio contra Bayer, culpando a la Yaz de la muerte de su hija.
Muertes a causa de la Yaz o Yasmin no son nuevas para Bayer. Entre 2004 y 2008, la FDA recibió informes de más de 50 muertes de mujeres, algunas jóvenes de 17 años, que habían tomado los anticonceptivos de la Bayer.
En 2009, la compañía declaró que 129 demandas se habían producido por los problemáticos efectos secundarios y por problemas de comercialización de Yaz y Yasmin. Las demandas denuncian engaño en la publicidad, en la investigación y desarrollo de mala calidad, y haber comercializado las drogas a pesar de los informes post-comercialización que demostraban el riesgo de efectos secundarios potencialmente mortales.
Yasmin recibió la aprobación de la FDA en 2001. Poco después de que una asociación europea médica, la Dutch College of General Practitioners, avisó a sus médicos de que no prescribiesen esta nueva droga por causa de los múltiples casos de coágulos sanguíneos, incluyendo casos mortales de los que se había informado en Europa, ocurridos entre mujeres que tomaban el anticonceptivo oral. En 2002, una serie de informes de casos expresaron su preocupación por los coágulos sanguíneos en las usuarias. Y hace poco más de un mes, la Agencia de Medicinas Europeas (EMA) anuncióla actualización delos anticonceptivos orales que contienen drospirenona por causa del riesgo de coágulos sanguíneos.
Mi amigo Richard Doerflinger, oyendo que la FDA estaba investigando (de nuevo) la droga de Bayer para poder plantear a las mujeres “el riesgo inaceptable de coágulos sanguíneos letales”, bromeó: “¿Quieres decir que la FDA piensa que existe un nivel aceptable de riesgo?”. Aparentemente los estudios de la BMJ concluyen que la mujer que usa anticonceptivos orales como el Yaz, tiene dos o tres veces más riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos potencialmente peligrosos que las mujeres que toman las drogas de la generación anterior.
Jennifer Ashton dijo que esto se traducía de un 8 entre 10.000 posibilidades de sufrir coágulos de sangre con las drogas antiguas a de 16 (a 32) entre 10.000 posibilidades con el tipo de drogas como el Yaz. En defensa de Yaz, Ashton dijo con dulzura: “El aumento de riesgo de un suceso raro es todavía un suceso raro”, que se lo digan a la madre de Michelle Pfleger.
¿Recuerda usted la crisis del Tylenol de 1982? Se informó de siete muertos en Chicago después de tomar tylenol extra-fuerte aparentemente relacionado con cianuro. Johnson & Johnson retiró decenas de millones de botellas con un coste de casi 100 millones de dóalres. ¿Cómo responderá Bayer a las muertes, aparentemente causadas por los anticonceptivos tipo Yaz? Colocando el siguiente aviso en la cabecera de su Web: “Beyaz y YAZ se asocian a un incremento de riesgo de efectos secundarios como coágulos sanguíneos, derrames cerebrales y ataques al corazón”.
[Traducción del inglés por Carmen Álvarez]
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E. Christian Brugger es Decano de Ética en la Culture of Life Foundation, y es profesor asociado de teología moral en el Seminario Teológico St. John Vianney en Denver, Colorado. Recibió su doctorado en Filosofía en Oxford en el año 2000.
[Para ponerse en contacto con él, dirigirse a bioethics@zenit.org. El texto debe incluir las iniciales y la ciudad o país].