La Virgen María y el Concilio Vaticano II

Entrevista al Secretario de la Academia Pontificia Mariana Internationalis

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ROMA, jueves 2 de junio de 2011 (ZENIT.org).- El sábado 4 de junio, la Academia Pontificia Mariana Internationalis organiza un seminario de estudio para preparar el 23º Congreso Mariológico Mariano Internacional sobre el tema “La mariología a partir del Concilio Vaticano II. Recepción, balance y perspectivas”.

El objetivo del seminario es el de realizar un esbozo de programa del Congreso Mariológico Internacional que se desarrollará en 2012.

Considerando el gran interés por los asuntos que tienen que ver con la Virgen María entre los fieles cristianos y los que no lo son, ZENIT ha entrevistado al padre Stefano Cecchin O.F.M., Secretario de la Academia Pontificia Mariana Internationalis (http://accademiamariana.org).

– ¿Quién era María y cuál era su papel en la historia de salvación según la religión cristiana?

Padre Cecchin: Maria era la madre de Jesús. Pero, por explícito deseo de Cristo desde la cruz, es la Madre de todos los que han conformado su vida a Cristo: es la madre de los verdaderos discípulos de Jesús. El papel fundamental de la Virgen en la historia de salvación es el de haber permitido con su “sí” que se realizase la encarnación por medio de la cual nosotros estamos salvados. ¡Es gracias a ella que el Hijo de Dios se ha convertido en nuestro hermano!.

– A pesar de ser de naturaleza humana, los cristianos colocan a María en una dimensión que va más allá de la santidad. La Virgen es invocada como la intercesora más influyente en el Señor. ¿Por qué?

Padre Cecchin: La santidad está legada a la cercanía con Dios. ¿Quién aparte de María ha estado cerca de Dios? ¡Ella ha tenido en su seno durante nueve meses a Aquel que vivía en el seno del Padre (Jn 1,18)! O como dicen los Padres de la Iglesia: “ella ha contenido en sí misma a Aquel que ni los cielos pueden contener”. Por este motivo la santidad de María es considerada la más grande, porque es la más cercana a Dios, también la más íntima, porque “la carne de Cristo es la carne de María” (San Agustín). Jesús y María gozaron de una intimidad que les unió no sólo en la carne sino también en los sentimientos, en la fe, en la vida, en la muerte. Ahora, ella ha sido asunta en la gloria con el Hijo y a su lado. ¿Quién, aparte de María, puede presentar nuestras necesidades a Jesús? El amor que tenemos por la madre de Jesús nos infunde confianza en que ella no puede dejar de escuchar nuestras oraciones y que estando cerca de Jesús, será escuchada por él seguramente. Recordamos al poeta que dice: “Mujer, eres tan grande y tanto vales, que quien quiere una gracia y no recurre a ti, desea volar sin alas”(Paraíso 33).

– María es mujer y es bellísima. ¿De qué modo puede ser un ejemplo de virtud para nuestro tiempo? Muchas mujeres afirman ver a María demasiado alta y demasiado lejana de la realidad terrena. ¿Usted qué piensa?

Padre Cecchin: La devoción del pasado había revestido a la Virgen con mantos preciosísimos, coronas, regalos… olvidando poco a poco su humanidad. El giro antropológico del Concilio Vaticano II ha hecho descubrir a “la mujer de Nazaret” en su plena humanidad. En ella., encontramos, al lado de Jesús, una mujer plenamente realizada, pero sólo después de haber aceptado la voluntad de Dios que se revelaba a ella en su constante camino de fe que la señala como verdadera discípula de Cristo. En María encontramos todas las expresiones de la humanidad que acoge a un hijo que la carga de responsabilidad, que lo hace crecer, que lo educa… se queda viuda, lo ve irse de casa, amado pero incomprendido hasta llegar a la cruz. ¿Qué hay más terrible para una madre que ver a un hijo inocente que muere? El redescubrir la humanidad de María, su misión como educadora del hombre Jesús (con todas sus características psicológicas), nos hace confiar en ella no sólo como una amiga que comprende nuestra situación humana, también como un modelo que nos muestra que es posible vivir el evangelio en plenitud.

– Son innumerables los fenómenos de devoción a la Virgen, Millones de personas le rezan cada día.¿Qué piensa de fenómenos como el de Mejugorjie?

Padre Cecchin: Todo don que viene de Dios es gracia. Pero no puede ser un añadido al don de la Revelación que ya contienen las Sagradas Escrituras y que está rectamente interpretado por la Iglesia. Personalmente yo encuentro a Dios, a María y a los santos en la liturgia de la Iglesia, ¡Qué muchos deberían descubrir como lugar ordinario donde Dios se manifiesta! Después también yo amo los santuarios, lugares de peregrinación a los que hace mucho bien ir para templar el espíritu.

– Vuestra Academia está preparando el 23º Congreso Mariológico Mariano Internacional sobre la mariología a partir del Concilio Vaticano II ¿Puede ilustrarnos los contenidos y la finalidad?

Padre Cecchin: El 4 de junio habrá un seminario en la Universidad Pontificia Antonianum (vía Merulana 124, Roma) como preparación para este evento, llamado también el “Concilio de los expertos en mariología”. Cada cuatro años los distintos mariólogos del mundo se encuentran en este congreso para reunir los resultados de sus investigaciones sobre la Virgen María. En este seminario vamos a tratar de preparar el tema y como queremos afrontarlo para delinear los campos de investigación futura de la mariología.

Por Antonio Gaspari 

[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]

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ZENIT Staff

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