Dolor del episcopado católico indio por el atentado contra una comunidad musulmana

En Malegaon, Estado de Maharashtra

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NUEVA DELHI, lunes, 11 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Desde el episcopado católico de la India se ha hecho público el profundo dolor y la repulsa por el atentado que, el viernes pasado, sembró de muerte la comunidad musulmana de Malegaon (Estado occidental de Maharashtra).

Al menos 38 personas murieron y un centenar resultaron heridas por tres explosiones en la ciudad –que tiene historia de violencia comunal- de mayoría musulmana.

Las detonaciones se produjeron entre las 13.45 y las 13.50 horas, momento en el que unas 2.500 personas se habían reunido en la mezquita de Bada Kabarstan. En la plaza de la ciudad se produjo una explosión; las otras dos justo fuera de la mezquita, relató el sábado el servicio informativo del episcopado indio (ICNS).

El ataque «debe ser condenado de la manera más dura»; es «una tragedia que infunde terror en las mentes y en los corazones de la población, un terror que compartimos», expresó el presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de la India (CBCI) a «AsiaNews.it».

«Como presidente de los obispos indios, me siento llamado a decir palabras de esperanza y aliento en este tiempo de miedo», reconoció el cardenal Telesphore Placidus Toppo –arzobispo de Ranchi-.
«Deseo alentar sobre todo a las personas que no ceden y quieren dar siempre una oportunidad a la esperanza. La India tiene una rica tradición de tolerancia y respeto religioso y por lo tanto es justo esperar en un futuro mejor, hecho de respeto y de armonía», subrayó el purpurado.

Vista la atrocidad, exhortó: «Ha llegado el momento de reorientar nuestra vida hacia Dios: cada uno, cualquiera que sea su religión, está llamado a dirigir sus ojos a Dios», quien «nos ha dado la vida y sostiene el mundo con su poder», quien «nos pide respetar la vida de toda persona y de todo pueblo».

Por su parte, el secretario general del episcopado católico indio, el arzobispo Stanislaus Fernandes, calificó el atentado de «deplorable» y apremió «a todas las comunidades a mantener la paz comunal», recoge una nota difundida por la CBCI en su web.

El prelado igualmente expresó cercanía y solidaridad «hacia los familiares de los fallecidos», igual que aseguró la oración «por la rápida recuperación de los heridos».

El portavoz del episcopado, el padre Babu Joseph, recalcó que esta «cobarde acción orientada a destruir la paz comunal debe ser condenada por todos los sectores del pueblo indio», cita ICNS.
«La comunidad católica reza por los fallecidos y expresa su dolor a aquellos que han perdido a sus seres queridos», manifestó, haciendo hincapié en que «nadie puede justificar estos actos inhumanos».

Describe como un «sinsentido» tal agresión hacia «gente inocente congregada por motivos religiosos», más aún «considerando que los más afectados fueron los niños», denunció.

El sacerdote advierte que «la única protección contra tales proyectos demoníacos» es fortalecer «nuestra labor para difundir la armonía interreligiosa y la paz comunal en ciudades y pueblos» del país, cuyo territorio el gobierno se ha visto obligado a poner en alerta.

La población india supera los 1.095 millones de habitantes: los hindúes representan el 80,5%, los musulmanes el 13,4%, los cristianos el 2,3% (1,8% del total de habitantes del país es católico), los sijs el 1,9%.

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ZENIT Staff

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