SEÚL, jueves, 15 junio 2006 (ZENIT.org).- «Caritas surcoreana» –dependiente de la Conferencia episcopal— ha pasado a ser oficialmente el cauce para hacer llegar a la población del norte las ayudas que destine la sección internacional del organismo católico de asistencia.
Esta tarea la desempeñaba, hasta el 8 de junio, «Caritas Hong Kong», putno de referencia desde principios de los años ’90 en proyectos de cooperación.
Con este nuevo mecanismo «el puente entre Corea del Norte y Corea del Sur se refuerza», expresó la agencia «Fides» del dicasterio misionero confirmando la noticia.
Tras una reciente visita al otro lado de la frontera, el obispo Lazarus You Heung-sik –de la diócesis surcoreana de Daejeon–, presidente de la Comisión episcopal para «Caritas», explicó: «Por indicaron de “Caritas Internationalis”, en nuestro viaje a Pyongyang hemos conversado sobre los proyectos de desarrollo y cooperación con Kim Seong-il, vicepresidente del Comité Nacional para la Cooperación Económica en Corea del Norte, y nos hemos intercambiado una carta de intenciones».
Según el acuerdo, a partir de 2007 «Caritas Corea» asumirá totalmente la tarea de coordinar y llevar las ayudas humanitarias al norte.
Explicó el padre Paul Jeremiah Hwang Yong-yeon –secretario de la Comisión para «Caritas»– que ello supone que «Corea del Norte reconoce a “Caritas Corea” como nuevo canal para las relaciones con “Caritas Internationalis”», la confederación mundial de que distribuye ayuda de católicos de todo el planeta.
«Tras esta confirmación, la Iglesia en Corea del Sur mira al Norte de la península con renovado entusiasmo y esperanza: en los últimos tiempos son numerosas las señales positivas que permiten esperar en una nueva época de diálogo y de buenas relaciones con Corea del Norte, generando un cauto optimismo en la comunidad», apunta el organismo informativo de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos.
Ateniéndose al nuevo acuerdo, «los proyectos propuestos por “Caritas Internationalis” serán discutidos por los coreanos de ambos» lados de la frontera «en las oficinas de la Comisión para la cooperación inter-coreana de Kaeseong, que ya se ha convertido en “zona franca” de las relaciones entre las dos poblaciones», señala la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras «AsiaNews».
A finales de abril, la archidiócesis de Seúl –a cuyo frente está el cardenal Nicholas Cheong Jinsuk, también administrador apostólico de Pyongyang (capital de Corea del Norte)— envió de visita la primera delegación católica oficial al norte del país.
Encabezó la delegación monseñor Thomas Aquinas Choi Chang-hwa, director de la Comisión Nacional para la Reconciliación, fundada en 1995 con el objetivo de llevar el amor de Dios a los hermanos norcoreanos.
La Comisión ha asignado, en los últimos once años, aproximadamente 11 millones de dólares en bienes y servicios para el Norte de la península, si bien ésta fue la primera vez que se concedió permiso a sus miembros para cruzar la frontera.
El nuevo viaje de la delegación católica al Norte «confirma la intensificación de los contactos y la buena predisposición de las autoridades norcoreanas a tener abierto el canal humanitario con Corea del Sur», añade «Fides».
Corea del Norte –marcada por una gran carestía y la falta de libertad religiosa– tiene unos 22 millones de habitantes; Corea del Sur alrededor de 48 millones. La comunidad católica del país supera los cuatro millones de fieles. El paralelo 38 separa el Norte del Sur de Corea desde el armisticio de 1953.