JOHANNESBURG, 27 febrero 2002 (ZENIT.org).- Una campaña publicitaria que tiene lugar en estos momentos en Ciudad del Cabo y Johannesburg pone en duda la labor de la Iglesia católica a favor de los enfermos de sida.
La agencia católica de noticias CISA ha respondido a los ataques con informaciones en las que se muestran cómo la Oficina del Sida de la Conferencia Episcopal es el mayor proveedor, después del Gobierno, de programas de prevención y cura del sida.
Entre junio de 2000 y noviembre de 2001, según esta fuente, la Oficina del Sida de los obispos católicos ha empleado 14,4 millones de rands sudafricanos (1.258.191 dólares estadounidenses) para financiar 116 proyectos de lucha contra el sida que incluyen proyectos de cuidado de huérfanos, programas de prevención, y programas de cura y apoyo.
Estos programas llegan hasta las comunidades más remotas y marginadas donde incluso el Ministerio de Salud es incapaz de llegar.
El obispo Reginald Cawcutt de Ciudad del Cabo ha respondido en declaraciones publicadas por CISA: «La Iglesia desaprueba tratar de combatir la expansión del sida con la venta al por mayor subvencionada de condones para los adolescentes. La Iglesia apoya con decisión y promueve, tal y como viene haciendo desde hace dos mil año, la educación basada en valores y los programas de prevención».
La Conferencia Episcopal apoya una red de atención a los enfermos en Ciudad del Cabo considerada como la más eficaz a nivel nacional.
Otros de los programas apoyados por la Iglesia incluyen cuidados a domicilio en Bloemfontein a cargo de enfermeras católicas jubiladas; la Residencia del Buen Pastor que proporciona a las ciudades del norte de Karoo acogida y cuidado domiciliario; la Residencia de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta en la zona altamente urbanizada de Hillbrow en Johannesburg entre chozas de caña y chabolas de lata.
La conclusión no es, informa la agencia CISA, que los obispos no estén haciendo nada sino que lo están haciendo en silencio y sin fanfarrias.