KÖNIGSTEIN, miércoles, 18 enero 2006 (ZENIT.org).- El cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, ha señalado que Ayuda a la Iglesia Necesitada «es una organización sin igual que se ha convertido en una de las asociaciones benéficas católicas más importantes a escala mundial».
El purpurado colombiano ha añadido que el trabajo de la Asociación es «realmente elogiable» por «su imaginación de amor» y su «compromiso con la vida, la paz y el diálogo ecuménico».
El cardenal colombiano reconoció que el carácter pastoral de la institución «se revela ante todo a través del apoyo que presta a la formación de sacerdotes y seminaristas, a la construcción y renovación de centros de formación e iglesias, a la traducción e impresión de Biblias y literatura religiosa, y a la emisión de programas religiosos por radio y televisión».
Hizo estas declaraciones en el transcurso del acto de entrega del premio Arnold-Janssen a la anterior secretaria general de Ayuda a la Iglesia Necesitada, Antonia Willemsen, a quien el cardenal definió como «una mujer que supo transformar el entusiasmo, las ideas y el carisma del fundador de Ayuda a la Iglesia Necesitada en proyectos fieles a su inspiración original».
El galardón recibido por Antonia Willemsen lleva el nombre del fundador de los Misioneros del Verbo Divino, se entrega en Goch, localidad natal del santo, y va acompañado de un premio de 15.000 euros, que se destinarán a una Granja de la Esperanza en Nicaragua, en la que se rehabilita a drogodependientes.