CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 23 junio 2005 (ZENIT.org).- Benedicto XVI percibe que en estos momentos tienen lugar «señales positivas» en Tierra Santa, motivo por el cual ha pedido oraciones y ayuda a sus poblaciones para que tenga lugar la reconciliación.
El pontífice afrontó la situación que vive la tierra de Jesús al recibir este jueves en audiencia a los participantes en la asamblea general de la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO, por sus siglas en italiano), de la que forman parte la Catholic Near East Welfare Association (surgida en 1928), la Misión Pontificia para Palestina (surgida en 1949), y agencias de Alemania, Francia, Suiza, Países Bajos y Austria.
El pontífice reconoció que es necesario tener una «solicitud» particular por Jerusalén y Tierra Santa, «con quien todos los cristianos tienen una deuda inolvidable».
«Algunas señales positivas, que nos llegan en estos últimos meses, hacen más firme la esperanza de que no tardará en llegar el día de la reconciliación entre las diferentes comunidades que trabajan en Tierra Santa»
«Por este motivo, no dejamos de rezar con confianza», afirmó el pontífice.
La ROACO depende de la Congregación vaticana para las Iglesias Orientales, que todos los años convoca la colecta de Viernes Santo a favor de Tierra Santa.
