CIUDAD DEL VATICANO, martes, 24 mayo 2005 (ZENIT.org).- Los cuatro mil católicos que viven Uzbekistán, cuya Iglesia renace tras la larga persecución comunista, han recibido en estos días de Roma un nuevo obispo.
Se trata de monseñor Jerzy Maculewicz OFM, antiguo asistente general de la Orden de los Frailes Menores Conventuales (franciscanos) para Europa del Este, quien fue ordenado el 14 de mayo pasado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, en la Basílica de los Santos Apóstoles de Roma.
E 22 de marzo de 2005, el Papa Juan Pablo II hizo de la misión («sui iuris») de Uzbekistán una administración apostólica.
La misión había sido encomendada a los franciscanos, que están presentes con trece frailes en seis parroquias.
La única congregación que trabaja en el área es la de las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta.
El símbolo del renacimiento católico es la iglesia del Sagrado Corazón en Tashkent, la capital de la antigua república soviética.
Comenzada a construir en 1912, el régimen ateo soviético la expropió tras la revolución de octubre de 1917. Utilizada para otros usos, entre otras cosas fue utilizada como teatro, acabó totalmente abandonada.
Fue restituida a la Iglesia católica, en 1991. Se comenzaron entonces, con la ayuda de católicos extranjeros, las complicadas obras de restauración, que concluyeron con motivo del Gran Jubileo del Año 2000.
En 1992, la Santa Sede estableció relaciones diplomáticas con Uzbekistán, gracias en parte a la actividad del cardenal Francesco Colasuonno (1925-2003), quien entonces era representante de la Santa Sede ante la Federación Rusa.
«Desde entonces, con la llegada de la nueva era de libertad religiosa, la Iglesia ha podido trabajar, suscitando consenso entre los no cristianos», constató el cardenal Sodano en la homilía de la misa de ordenación del obispo, en la que se encontraban representantes de la embajada uzbeca ante el Vaticano.
El día anterior a la ordenación, Uzbekistán había vivido uno de los momentos más trágicos de su historia reciente.
En una revuelta desencadenada en la ciudad uzbeca de Andiyán perdieron la vida 170 personas bajo el fuego de las fuerzas de seguridad, según las autoridades, aunque algunas fuentes han dicho podrían ser hasta 700. Este martes el Parlamento uzbeco ha formato una «comisión independiente de investigación».
Tras reconocer su preocupación por estos hechos, el cardenal Sodano aseguró que «allí el nuevo obispo será ciertamente artífice de concordia y de paz».
El administrador apostólico de Uzbekistán, al final de la eucaristía, pidió a la Iglesia de Roma la oración por la población de este país de más de 26 millones de habitantes, en un 88% musulmanes (en su mayoría suníes) y en un 9% ortodoxos.
Monseñor Maculewicz nació el 30 de mayo de 1955 en Daszew, en el territorio de la Unión Soviética, que hoy forma parte de Ucrania.
