ROMA, 14 abril 2003 (ZENIT.org).- Al terminar las operaciones militares en Irak, la acción de la Santa Sede se plantea como prioridad promover la reconciliación en la comunidad de naciones y el diálogo interreligioso, aclara el secretario de Estado vaticano.
El cardenal Angelo Sodano hizo esta aclaración el viernes pasado en declaraciones a la prensa concedidas al concluir una ceremonia en la Universidad Pontificia Lateranense para conmemorar el cuadragésimo aniversario de la publicación de la encíclica del beato Juan XXIII, «Pacem in Terris».
En sus respuestas a los periodistas, recogidas por el Vatican Information Service (VIS), el purpurado italiano explicó que «la Santa Sede prosigue el camino de siempre: el camino del magisterio por una parte y el camino diplomático por otra».
«Antes de la guerra –aclaró– se hizo todo lo posible para que no estallase y una vez producido el conflicto se ha trabajado para que acabase cuanto antes y ahora esperamos que las poblaciones civiles se recuperen con prontitud y que no se interrumpa nunca el diálogo interreligioso».
A la pregunta de si las Naciones Unidas tienen todavía un papel que ejercer, el cardenal respondió: «Ciertamente, lo ha dicho el Papa» y agregó: «Somos una familia de naciones y tenemos que cooperar: este el destino de los pueblos».
Después le preguntaron si la respuesta era válida también para Irak y contestó: «También para Irak».
Refiriéndose a la preocupación de la Santa Sede por otros conflictos en Oriente Medio, el cardenal Sodano afirmó: «No somos profetas de desventuras, ciertamente esperamos que las Naciones Unidas vuelvan a asumir su papel, como habéis escuchado también en los discursos de esta tarde sobre las enseñanzas del Papa Juan XXIII».
