Bienvenida a las disculpas del Gobierno británico por el Domingo Sangriento

El episcopado irlandés comparte la alegría de las familias de las víctimas

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MAYNOOTH, viernes 18 de junio de 2010 (ZENIT.org).- Los obispos de Irlanda han acogido favorablemente el informe sobre el llamado Domingo Sangriento de 1972, que reconoce que los soldados británicos dispararon a la multitud que participaba en una manifestación pacífica.

“Damos la bienvenida a las conclusiones del Report of the Bloody Sunday Inquiry [Informe de la investigación del Domingo Sangriento, n.d.r.] y compartimos la alegría y el alivio de las familias de los muertos y heridos en el Domingo Sangriento”, señala un comunicado de la Conferencia Episcopal de Irlanda publicado este miércoles.

Con la publicación de este informe, este martes, y una intervención en el Parlamento del primer ministro británico David Cameron, el Gobierno de Gran Bretaña ha reconocido su culpabilidad en este suceso del conflicto del Ulster ocurrido el 30 de enero de 1972 que causó catorce muertes.

Los obispos de Irlanda destacaron su reconocimiento al obispo Edward Daly y a los muchos sacerdotes cuya participación en el Domingo Sangriento y sus consecuencias es merecidamente reconocida”.

Varios sacerdotes dieron testimonio en aquel momento de que los fallecidos no estaban armados, tal y como aseguraban algunos militares entonces, y apoyaron a las víctimas.

La conferencia episcopal irlandesa también reconoció en su comunicado “el dolor y el sufrimiento de muchas personas que perdieron a sus seres queridos en estas islas durante los disturbios”.

“Continuaremos llevándolos a todos ellos en nuestros pensamientos y oraciones”, garantizaron los obispos.

El episcopado se refirió a “todos los políticos que han contribuido en funciones de liderazgo y en la construcción de una paz sólida”.

Y reconoció también “el liderazgo pastoral mostrado por representantes de las demás Iglesias cristianas como el demostrado con su visita a Derry”.

El comunicado de los obispos finaliza con una llamada “a todos los que todavía están comprometidos con la violencia para reconocer la futilidad de este enfoque”, pidiéndoles “que vuelvan a un camino político constructivo para lograr sus objetivos”.

El Gobierno británico no había reconocido hasta ahora oficialmente su responsabilidad en el Domingo Sangriento.

Sin embargo, ya el primer ministro Tony Blair preparó el camino al impulsar, en 1998, la creación de una comisión de investigación independiente sobre los hechos, una decisión que propició los Acuerdos de Paz de Irlanda del Norte de ese año.

En los últimos años, los trabajos de la comisión ya habían ayudado a mejorar las relaciones entre la comunidad católica y la protestante.

Ahora, tras el reconocimiento de la culpa por parte del Gobierno británico, el ministro principal norirlandés, el unionista Peter Robinson, ha destacado que este capítulo del conflicto de Irlanda del Norte debe acabar aquí.

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ZENIT Staff

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