Cardenal Antonio María Rouco Varela

Nacido el 24 de agosto de 1936

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El cardenal Antonio María Rouco Varela nació en 1936 en Villalba, un pueblo de la provincia de Lugo, España. Estudió en el Seminario de Mondoñedo, continuó sus estudios universitarios en la Universidad Pontificia de Salamanca y en la Universidad de Münich. Fue ordenado sacerdote el 28 de marzo de 1959. En 1976 fue nombrado obispo titular de Gergi y ese mismo año, obispo auxiliar de Santiago de Compostela. Juan Pablo II le nombra arzobispo de Madrid en 1994. Es gran canciller de la Facultad de Teología de «San Dámaso» en Madrid desde 1996. Fue creado cardenal en 1998. Desde 1999 es presidente de la Conferencia Episcopal Española.

Como obispo de Santiago fue responsable de la organización de la IV Jornada Mundial de la Juventud en Santiago en 1989 y de nuevo la JMJ de Madrid 2011. En ocasión de ésta última dijo que: “Los voluntarios han constituido un factor clave en la preparación y en el desarrollo de esta gran celebración eclesial. El significado habitual y convencional de esta palabra, voluntarios, usada y aplicada en los más variados contextos de la vida de las sociedades de nuestro tiempo, es manifiestamente insuficiente para poder comprender y expresar el esfuerzo, el sacrificio, el desprendimiento y el estilo impreso por los Voluntarios de la JMJ 2011 de Madrid a su comportamiento y al servicio por ellos prestado. La calidad humana, con la que lo han hecho, ha sido excepcional. Les ha movido el amor: un amor ofrecido al Señor, a la Iglesia y al Papa.»

Como arzobispo de Madrid le tocó vivir uno de los episodios más dramáticos de la historia reciente de esta ciudad, el atentado terrorista en el metro el 11 de marzo de 2004. En la celebración eucarística del primer aniversario, recordó: «¡La última palabra, la de la justicia solidaria, la del amor misericordioso, la de la esperanza que no defrauda, la de la paz verdadera, es la de los hombres que ama el Señor! Florecerá ciertamente al final de este largo camino de la victoria sobre el terrorismo!».

Después de la ya tradicional Misa de las Familias en Madrid el 30 de diciembre, el cardenal declaró en una entrevista que «el derecho de las familias a ser respetadas y promovidas en su vida interna y en el ejercicio de sus tareas y responsabilidades esenciales para el bien de las personas y de la sociedad, es un derecho natural, anterior y previo al Estado. Las leyes positivas no crean este derecho. Deben de reconocerlo, desarrollarlo, ampararlo y aplicarlo en todo tiempo: de bonanza económica y de crisis».

Uno de los proyectos importantes en su programa pastoral ha sido la Misión-Madrid para el curso 2012-2013, como respuesta del santo padre a una Nueva Evangelización. En la carta pastoral dice sobre este proyecto que «la JMJ y sus frutos, que venimos experimentando, nos animan a ello. Con un corazón generosamente abierto a la llamada de Jesucristo, nuestro Amigo, Hermano y Señor, queremos hacernos eco de las palabras del Papa a los jóvenes en la Homilía de la Eucaristía de Cuatro Vientos y de las dirigidas a los voluntarios: “No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos».

En ocasión del último Sínodo de los obispos celebrado en octubre en Roma, el sexto sínodo en el que el cardenal participa, en una reunión con periodistas explicó que «a lo mejor los métodos de predicación, de formación en la fe, de catequesis, de iniciación cristiana, los de siempre, los de antes, no basten. De hecho han nacido muchas iniciativas muy carismáticas que quieren ayudar en este camino, como el Camino Neocatecumenal, movimientos carismáticos, acercamiento desde una profesión de fe vivida en la vida diaria a la cultura, a la universidad”. Otro de los aspectos que destacó es la familia y la necesidad de una buena formación para que después los padres puedan transmitir la fe a sus hijos. “Esto implica que en la nueva evangelización tenemos que cuidar mucho a las familias, tenemos que atenderlas mucho, tenemos que ofrecerles formación, ofrecerles ámbitos de crecimiento cristiano. Tanto en el amor de los esposos, como en la fecundidad del amor del que nacen hijos e hijas”.

Ha publicado numerosos libros y trabajos científicos en español y en revistas extranjeras especializadas en fundamentos teológicos del derecho canónico y problemas en la relación Iglesia-Estado. Es miembro de la Asociación Internacional de Derecho Canónico y de la Asociación de canonistas españoles. Miembro de número de la sección de Teología de la Real Academia de Doctores de España. Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

En la Curia vaticana es miembro de las Congregaciones para los Obispos, Clero y Educación católica; de los Pontificios Consejos para los textos legislativos, Cultura y Cor Unum; Signatura Apostólica; del Consejo Especial para Europa del Secretariado General del Sínodo de Obispos y del Consejo Cardenalicio para el Estudio de Asuntos Organizativos y Económicos de la Santa Sede.

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ZENIT Staff

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