MÁLAGA, lunes, 15 marzo 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la carta a los padres de Victoria León Moya, joven malagueña asesinada en los atentados de Madrid, dirigida por monseñor Antonio Dorado, obispo de Málaga.
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Málaga, 12 de marzo de 2004
Muy queridos amigos:
Impresionado por la magnitud de la tragedia y llenos de un profundo dolor por tanta pérdidas humanas, me informa vuestro párroco, D. Guillermo Tejero, que entre las víctimas mortales se encuentra vuestra querida hija Victoria. Ante tanto dolor, indignación, e impotencia, no es fácil encontrar palabras de consuelo y tenemos que apoyarnos en el Señor.
La esperanza cristiana nos alienta en estos momentos y nos impulsa a seguir viviendo y a esperar, apoyados en nuestra fe, el encuentro con nuestros seres queridos en el Reino de los cielos. Las expresiones de solidaridad y cercanía de tantas personas, alivian nuestra soledad y son un signo de la caridad cristiana. La celebración de la Eucaristía es para nosotros un alimento en estos momentos de debilidad y, a la vez, la mejor ofrenda que podemos hacer por vuestra hija.
Quiero expresarles mi apoyo y cercanía, y también mi ofrecimiento en todo aquello que les pueda ser útil. En la Eucaristía de esta mañana he encomendado especialmente a Victoria, y también a ustedes, para que el Señor les conceda la fortaleza de ánimo necesaria. He pedido a D. Guillermo que les manifieste mi condolencia personal y que me represente en la Misa de córpore insepulto que va a celebrar mañana en Madrid.
Nosotros les tendremos muy presentes en la Eucaristía que vamos a celebrar en la Catedral el lunes, a las ocho de la tarde.
Les envía un afectuoso abrazo,
Antonio Dorado, Obispo de Málaga.
