EE. UU:: Bush quiere apoyar la obra de caridad de la Iglesia católica

Organizaciones católicas podrían recibir financiación federal

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NUEVA YORK, 27 enero 2001 (ZENIT.org).- «Un buen inicio, muy interesante». De esta manera, describió el arzobispo Gabriel Montalvo, nuncio en Estados Unidos, la cena que celebró el pasado jueves el neopresidente estadounidense George W. Bush y algunos máximos representantes de la Iglesia Católica en este país.

El encuentro tuvo lugar en Hyattsville, en Maryland, en la residencia del nuevo arzobispo de Washington, Theodore McCarrick, apenas designado cardenal, en vísperas de la presentación de un plan de la Administración Bush para potenciar la financiación pública de las organizaciones religiosas comprometidas en la asistencia, voluntariado y ayuda humanitaria.

A la cena, además del arzobispo McCarrick, asistieron el cardenal James Hickey, arzobispo saliente de Washington; el nuncio Montalbo; el obispo de Galveston Houston, Joseph Fiorenza, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos; y el obispo auxiliar de la capital, William Lori, que acaba de ser nombrado por Juan Pablo II para suceder al nuevo cardenal de Nueva York, Edward Egan, como nuevo obispo de Bridgeport.

Por su parte, el Presidente norteamericano estaba acompañado por su esposa, Laura, por la asesora para la Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, y por el asesor legal, Al Gonzales.

El nuncio apostólico, «embajador» de Juan Pablo II en Washington, ha explicado que la cena tenía la finalidad de profundizar el conocimiento recíproco y ha revelado que «se tocaron argumentos que preocupan a la Iglesia».

Por su parte Susan Gibbs, portavoz del arzobispo MacCarrick, en declaraciones publicadas hoy por el diario italiano católico «Avvenire», ha comentado las primeras iniciativas del nuevo inquilino de la Casa Blanca: «El congelamiento de la financiación a las organizaciones que promueven el aborto fuera del país ha sido estupendo: lo esperábamos desde hace ocho años. También la reforma de la enseñanza es interesante y el arzobispo apoya desde siempre el uso del «cheque escolar» en favor de los padres que quieren enviar a sus hijos a escuelas privadas».

McCarrick ha sido desde hace tiempo el «ministro de Exteriores» de la Conferencia Episcopal estadounidense y forma parte de la Comisión federal para la libertad religiosa internacional, formada por el Departamento de Estado durante la Administración Clinton. Como miembro de esta Comisión, formó parte de un viaje oficial a China, durante el cual se encontró con el presidente Jiang Zemin, para debatir cuestiones relativas a la libertad de culto.

Según su portavoz, el arzobispo desearía seguir este empeño de diálogo religioso y la presencia de la señora Rice en la cena deja pensar que se haya hablado también de política exterior.

El nuevo arzobispo de Washington es también miembro del consejo directivo de la agencia humanitaria de la Iglesia Católica norteamericana «Catholic Relief Services», equivalente a la Caritas en otros países. Su presencia en la cena coincide con el anuncio del presidente Bush de destinar más fondos federales al voluntariado religioso.

La semana próxima, en la línea de «conservadurismo misericordioso» que el neopresidente anunció en su campaña electoral, creará un nuevo organismo destinado a favorecer la acción social confesional. La iniciativa ha provocado las protestas de quien ve en ella una violación del principio constitucional de separación entre Estado e Iglesia. El neopresidente ha respondido que «cuando se trata de salvar vidas humanas, hay que mirar sobre todo a la eficacia de los programas».

Según su interpretación, la violación de la Constitución no existe por dos motivos: en primer lugar, las organizaciones financiadas podrán realizar servicios sociales y no proselitismo; y, en segundo lugar, los beneficiarios tendrán la posibilidad de elegir programas alternativos no confesionales.

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ZENIT Staff

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