El arzobispo de Westminster pide apoyo público al matrimonio

Una pareja comparte la clave de 60 años juntos: sólo seguir adelante

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LONDRES, domingo, 30 de mayo de 2010 (ZENIT.org).- Los matrimonios necesitan el apoyo claro y constante de las autoridades civiles y religiosas, afirma el arzobispo de Westminster, en momentos en los que comienza la andadura del nuevo gobierno británico.

Monseñor Vincent Nichols declaraba esto en una misa en la que bendijo a 600 parejas casadas como celebración de este sacramento. Las parejas, que se renovaron sus promesas de amor, sumaban cerca de 20.000 años de matrimonio entre todo el grupo. «El matrimonio no es una institución meramente humana», afirmaba el prelado en su homilía, «por sus características comunes y permanentes va más allá de cualquier otra institución humana».

«Cuando miramos nuestra sociedad de hoy, sabemos que su bienestar pasa por la familia», afirmaba. «Las familias, para bien o para mal, son la primera escuela de vida y amor, donde crece y se funda la capacidad de relacionarse con los demás».

«Debemos estar siempre atentos para encontrar la forma en que las familias puedan apoyadas de forma más clara y constante», afirmaba el arzobispo.

Hacía referencia al documento «Elegir el Bien Común», publicado en marzo por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, que afirmaba que «las familias tienen derecho a su propia vida, y los gobiernos hacen bien cuando interfieren lo menos posible a la vez que apoyan a los padres en el ejercicio de sus responsabilidades».

Política urgente

El prelado citaba otro pasaje del documento: «Pero en el corazón de la necesaria iniciativa política de apoyar la estabilidad de la relación de pareja, es esencial el apoyo al matrimonio».

Observó  que «el documento político recientemente publicado de nuestro gobierno de coalición contiene algunas iniciativas bienvenidas en apoyo de la familias», pero «carece de cualquier referencia específica al matrimonio».

El matrimonio, observaba el arzobispo Nichols, «trae beneficios considerables y de peso a los individuos, a los hijos, a la vida familiar y a la sociedad».

«Merece mucho más apoyo público», añadió.

El prelado subrayó que la Iglesia entiende el matrimonio como «un convenio por el que un hombre y una mujeres establecen entre ellos una sociedad para toda la vida» que está «por su naturaleza ordenada hacia el bien del marido y de la esposa y la procreación y educación de los hijos».

«El matrimonio es un sacramento», afirmó, «un signo único dado por Dios y lleno de fruto de la presencia amorosa y redentora de Dios presente en nuestro mundo».

«El matrimonio no se centra simplemente en Cristo», decía el arzobispo, «sino que se funda, se refunda y continuamente se construye sobre él, porque él es en quien nos reunimos, en quien recibimos el don del Espíritu Santo, en quien encontramos nuestro camino para cumplir la voluntad del Padre».

Enriquecimiento recíproco

Edmund Adamus, director de la pastoral de la diócesis de Westminster, que organizó la misa, observaba que «todo matrimonio cristiano en un aniversario significativo cuenta una historia única al mundo hambriento de verdadero amor», informaba un comunicado de prensa de la diócesis.

Y añadía: «Es natural que nos asombremos ante parejas que han alcanzado los 50 e incluso los 60 años de matrimonio, pero resulta igualmente enriquecedor para la generación más mayor que muchas parejas jóvenes, al llegar a los diez años de compromiso, lo hagan con vigor y, para quienes son padres, con mucha valentía, mientras se esfuerzan por criar a sus hijos en una sociedad que es tan hostil a las virtudes y a los valores familiares cristianos».

«Este año tenemos el privilegio especial de honrar a tantas parejas que han llegado a los 10 años como los primeros educadores de sus hijos».

Una pareja que asistió a la celebración, el señor y la señora  Connors, celebrarán sus 60 aniversario el 31 de diciembre.

Declararon que «no sabían cuál era el secreto». Añadieron: «Sólo ir de un año al otro».

«No fue fácil al principio porque todavía había racionamiento y los salarios eran bajos, pero éramos felices de tenernos el uno al otro. El matrimonio no es fácil, pero uno confía en el otro y sigues adelante».

 

Homilía del arzobispo Nichols: http://www.rcdow.org.uk/diocese/default.asp?library_ref=4&content_ref=2825

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ZENIT Staff

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