BOGOTÁ, 16 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Las presiones externas no deben ser obstáculo para que, en la consulta electoral del 25 y 26 de octubre próximo, los electores emitan un voto libre «para señalar las reformas» deseadas y elegir «en conciencia» a los candidatos idóneos, recuerda la Conferencia Episcopal de Colombia.
Por primera vez en su historia electoral, el país ha sido convocado a las urnas durante dos días consecutivos. Más de diez millones de colombianos están invitados a votar el sábado 25 de octubre por el Referendo orientado a modificar la Constitución Política de Colombia. Al día siguiente, deberán elegir alcaldes, gobernadores, asambleas y juntas administradoras locales.
Por ello, y consciente de que Colombia debe superar la grave crisis social y económica que atraviesa, cuya raíz está también en la incapacidad o la corrupción de los candidatos elegidos, el episcopado difundió el lunes pasado un mensaje –titulado «Por un voto libre y consciente»– invitando a discernir el sentido del voto y a ejercer este derecho constitucional.
«Nada ni nadie puede obligar a votar por un determinado candidato o prohibir que se consigne el voto por alguna persona», recuerda el texto firmado por el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz.
«Aunque nosotros nos preciamos de ser un país libre y democrático –reconoce el prelado–, no hay que desconocer que grupos legales y grupos al margen de la ley se han apropiado abusivamente el derecho de presionar o prohibir, estableciendo vetos y amenazas contra los candidatos que no comulgan con su ideología y sus tácticas».
La actual apertura a la participación ciudadana, que da la posibilidad a la aparición de nuevos dirigentes, tiene también «de negativo que cualquiera (…) aspire a formar parte de los cuerpos legislativos donde por lógica sólo deberían estar los hombres y mujeres más capaces de la comunidad», advierte el episcopado.
De ahí que sea necesario discernir con juicio a los candidatos y votar «por aquellos que tienen condiciones de liderazgo, formación y madurez política, claridad en sus conceptos y equilibrio en su personalidad».
«Démosle pues al voto toda la importancia que tiene (…) –exhorta–. Un voto equivocado es una equivocación que hace daño al pueblo. Y nosotros somos responsables de la buena o mala marcha de nuestra sociedad».
«La mayoría de los candidatos que presentan sus nombres a la elección popular, se proclaman católicos –recuerda el episcopado–. Entre ellos escojamos a quienes brinden mayores garantías de respetar el sentimiento religioso del pueblo, de promover los valores del evangelio y de instaurar un orden social basado en la justicia».
Entre los puntos de reforma del sistema político que se votarán en el referendo del 25 de octubre, se encuentra la pérdida de los derechos políticos para quienes hayan sido condenados por delitos contra el patrimonio del Estado o corrupción.
Se someterán también a consulta popular –entre otras cuestiones– la reducción de miembros del Congreso, la eliminación de facultades administrativas de presidentes del Parlamento, la congelación de salarios de empleados públicos y reducción de pensiones para ex funcionarios de alto rango.
«De acuerdo con el permanente interés de la Iglesia en la consolidación de una sociedad verdaderamente justa, democrática y participativa, hacemos un llamado a todos los ciudadanos y ciudadanas, y en especial a los fieles católicos, para que estudien los temas propuestos en el referendo y asuman un compromiso decidido y responsable frente al mismo, tomando una decisión en conciencia», concluye el mensaje del episcopado de Colombia.
