El Santo Padre, que aparecía por primera vez en público tras la indisposición intestinal que le impidió participar en la audiencia general del miércoles, destacó la capacidad de diálogo de estos dos pontífices que, según dijo, se basaba en la verdad.
«No cedieron a los juicios del momento y a visiones ligadas a intereses contingentes –recordó en la homilía–. Firmemente anclados en la Verdad, no dudaron en dialogar con todos los hombres de buena voluntad».
«Eran enormemente libres, pues eran conscientes de que el Espíritu Santo «sopla donde quiere», guiando de diferentes maneras el camino de la historia de la salvación», aseguró.
El Santo Padre lanzó un mensaje alentador a la Iglesia evocando la alegría cristiana de Pablo VI, por una parte, y la «sonrisa» de Juan Pablo I, que «en un mes conquistó al mundo».
El Papa participó en la eucaristía, celebrada por el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, y por los cardenales presentes en Roma, en mejor forma física que en días anteriores.
Él mismo leyó con voz débil la homilía en el día en que recordaba los 45 años de su consagración episcopal, cuando fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia.
El postulador de la causa de beatificación de Albino Luciani (Juan Pablo I), el padre Pasquale Liberatore, ha revelado que el proceso comenzará oficialmente el 23 de noviembre.
Si bien la causa está siendo realizada por la diócesis de Belluno, donde nació el Papa, en la recogida de testimonios se realizarán tres procesos: uno en Vittorio Veneto, donde fue obispo durante diez años (1958-1969); uno en Venecia, donde fue patriarca (1969-1978), y uno en Roma, donde fue Papa durante 33 días.
