Jacques Maritain, una concepción evangélica de la democracia

Piero Viotto ha editado un diccionario completo sobre la obra del filósofo francés

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MILÁN, martes, 23 marzo 2004 (ZENIT.org).- El pensamiento de Jacques Maritain (1882-1973) es «integral», como su célebre obra «El humanismo integral» de 1934.

Así lo defiende en esta entrevista concedida a Zenit el autor de un diccionario sobre las obras del filósofo francés, Piero Viotto.

«Jacques Martitain, Dizionario delle Opere» («Jacques Maritain. Diccionario de las obras», www.cittanuova.it) es el título que ha dado al volumen este profesor de pedagogía en la Universidad Católica de Milán y miembro del comité científico del Instituto Internacional Jacques Maritain (www.maritain.org).

El diccionario, de 478 páginas, constituye una síntesis del «pensamiento fuerte» de Maritain, como afirma Piero Viotto, colaborador de revistas como «Studium», «Humanitas» o «Vita e Pensiero».

–El Diccionario de las Obras quiere ser un estímulo para todos los que buscan la verdad, ¿como la perseguía Maritain?

–Viotto: Ciertamente sí, porque no es un resumen de las obras de Maritain sino un índice temático que busca proporcionar a los jóvenes pistas de investigación para seguir explorando la realidad en todos los campos del saber, desde el derecho a la política, de la mística a la estética, de la filosofía a la teología, de la moral a la pedagogía.

Las fichas han sido preparadas a partir de la primera edición de cada obra y dan razón de los desarrollos que ha experimentado la biografía de Maritain, que escribió sus libros en pleno debate cultural y en medio de polémicas políticas y hechos de su vida.

Para Maritain, el tomismo es el verdadero existencialismo, en cuanto ofrece los instrumentos intelectuales para revolver, en la verdad, los problemas a medida que se presentan en el desarrollo de la historia.

–¿En qué sentido Maritain ha renovado el catolicismo del siglo XX?

–Viotto: Su reflexión y su testimonio han hecho comprender a los católicos que la democracia no es solo un método de convivencia política sino que tiene un valor ético en sí misma, porque se funda en la dignidad de la persona humana y en su libertad de conciencia.

En la edad barroca de la historia de la humanidad, cuando predominaba una concepción política de la religión, el cristianismo estaba demasiado ligado a las clases dirigentes en una alianza ambigua entre trono y altar.

Maritian, en cambio, propone una concepción evangélica de la religión en la que lo temporal no protege lo espiritual, sino al contrario, lo espiritual protege lo temporal.

Para Maritain, la democracia, como régimen social de justicia y de igualdad es la fructificación temporal del Evangelio.

Mucho de esto fue acogido por el Concilio Vaticano II, como documenta la correspondencia entre Maritain y el Papa Paolo VI, y también a través del cardenal Charles Journet, gran amigo de Maritain.

–¿Qué nos dice hoy su pensamiento?

–Viotto: El siglo XX ha sido el siglo de las ideologías, y ha sido dominado por Hegel y la izquierda y la derecha hegeliana que han generado los totalitarismos. Incluso Estados Unidos quedó influida por esta primacía de la sociedad sobre la persona, como vemos en la difusión de la filosofía de Johan Dewey.

Maritain es el maestro del siglo XXI: considera la persona como fundamento de la sociedad y reconoce en el pluralismo una connotación fundamental del estado democrático sin caer en el relativismo, porque la conciencia está vinculada a la verdad, pero no puede imponer a los demás sus convicciones morales.

En una situación extrema, como el caso de una ley considerada injusta aprobada por la mayoría, la persona debe hacer objeción de conciencia.

El estado democrático puede conciliar verdad y libertad, superando así el absolutismo de un estado totalitario, que quiere imponer una verdad de estrado, y el relativismo de un estrado liberal, que niega la verdad.

El Estado no puede ser neutro, también el laicismo es un fundamentalismo, tiene que ser neutral y garantizar a todos los grupos ideológicos y religiosos la libertad de expresión.

Es muy importante la posición de Maritain, elaborado con el grupo de Chicago, relativa al derecho internacional y al gobierno del mundo.

–¿Maritain tiene el puesto que le corresponde en el pensamiento contemporáneo, o está un poco marginado?

–Viotto: Un autor que ha sido traducido en todas las lenguas europeas incluido el noruego y el croata, que está traducido al árabe y al japonés, no se puede arrinconar fácilmente.

Se han empezado a dar cuenta de su importancia los historiadores de la filosofía, incluidos los así llamados laicos, porque se percatan que Maritain es el exponente más calificado y avanzado del catolicismo.

Sin embargo, una cierta parte del mundo católico, preocupada de estar al paso de las modas filosóficas, lo olvida un poco, prefiriendo la fenomenología o la hermenéutica al tomismo de Maritain. No se dan cuenta de que no se puede hacer con Heidegger o con Husserl lo que san Tomás ha hecho con Aristóteles.

Sólo una auténtica filosófica del ser es verdaderamente compatible con el cristianismo.

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ZENIT Staff

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