Juan Pablo II, primer Papa ciudadano honorario de la Roma republicana

El primer Papa que recibe este título en tiempos de la República Italiana

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CIUDAD DEL VATICANO, 31 octubre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II se convirtió este jueves en el primer Papa en recibir desde la creación de la República Italiana el título de ciudadano honorario de Roma.

El reconocimiento le fue entregado en el Vaticano por el alcalde de la Ciudad Eterna, Walter Veltroni, ex comunista y ex líder del Partido Demócratas de Izquierdas (DS, según sus siglas en italiano), quien estuvo acompañado por grupo de administradores y representantes de las instituciones romanas.

«El Obispo de Roma –dijo el Papa al acoger a sus huéspedes con una sonrisa– se siente honrado por poder repetir hoy, con especial intensidad de significado, las palabras del apóstol Pablo: «Civis romanus sum» («soy ciudadano romano»)».

En el acto, caracterizado por un ambiente bastante emotivo, Juan Pablo II recordó que comenzó a conocer y a amar la Ciudad Eterna a partir de noviembre de 1946, cuando llegó para estudiar teología.

«El vínculo afectivo iniciado se ha reforzado durante los últimos 24 años, durante los cuales he sentido cotidianamente la cercanía y el calor de sus habitantes», afirmó.

«Roma, heredera de una cultura milenaria en la que se ha implantado el fecundo germen del anuncio evangélico, no solo tiene tesoros del pasado que debe custodiar –añadió–. Es consciente de tener una tarea fundamental que realizar también en el futuro, al servicio de la humanidad de hoy y de mañana».

Tras recordar que también en eta ciudad no faltan problemas, el obispo de la ciudad afirmó: «Es necesario el compromiso de todos para entregar a las generaciones futuras el rico patrimonio civil, moral y espiritual de Roma, de modo que se inspiren en él mientras se abren con confianza a la vida».

«También en este campo –aclaró–, la Iglesia, como siempre ha hecho, seguirá realizando su propio deber, respetando las propias competencias y las de los demás, buscando siempre, mediante un diálogo sincero las acuerdos deseables con la autoridades civiles sobre temas y problemas específicos».

La decisión de entregar la ciudadanía honoraria de Roma a Juan Pablo II fue tomada por el Consejo del Ayuntamiento por unanimidad el 17 de octubre pasado.

El alcalde Veltroni, en la ceremonia de entrega del reconocimiento, explicó que la relación del Papa con Roma «es real, concreta».

«A la palabra, usted siempre ha unido la cercanía física –añadió–, en una peregrinación que le ha llevado por todos los barrios de la ciudad; cruzando el umbral de las casas de los romanos, de los hospitales; participando en el sufrimiento de los enfermos, en particular, de los niños; visitando los comedores de los pobres; testimoniando de la manera más elevada el valor de atención a los más débiles, de la caridad cristiana».

El alcalde recordó varias visitas del Papa a las cárceles, en una de las cuales ofreció su perdón al hombre a Alí Agca, el terrorista que trató de matarle el 13 de mayo de 1981.

En la Ciudad Eterna, Juan Pablo II ha dejado un signo indeleble. Ha recuperado, por ejemplo, la procesión eucarística por las calles en el día de Corpus Christi (tradición que se había perdido con la unificación italiana).

El alcalde aludió también a la primera visita de un Papa a la Sinagoga de Roma que tuvo lugar el 13 de abril de 1986.

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ZENIT Staff

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