La Iglesia ofrece su contribución a favor de la paz en el País Vasco

Monseñor Tauran se encuentra con políticos de Madrid y Vitoria

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CIUDAD DEL VATICANO, 2 oct (ZENIT.org).- La Iglesia puede desempeñar un papel decisivo en la pacificación del País Vasco. Lo afirma una nota de prensa publicada hoy por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, al confirmar los encuentros que tuvieron lugar el sábado pasado entre representantes del gobierno español y del gobierno autónomo vasco en el Vaticano.

El «ministro» de Asuntos Exteriores del Vaticano, el arzobispo francés Jean-Louis Tauran (su cargo oficial es el de secretario para las Relaciones con los Estados), se encontró el 30 de septiembre con el ministro español del Interior Jaime Mayor Oreja y con el lendakari vasco (presidente del Gobierno autónomo de Vitoria), Juan José Ibarretxe, quienes vinieron a Roma para participar en la canonización de María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, primera santa vasca.

«Las conversaciones han permitido un amplio intercambio de puntos de vista sobre la situación local», revela hoy un comunicado oficial firmado por Navarro-Valls, quien ha explicado también que en los encuentros «además de expresar enérgica condena por el terrorismo de ETA y por cualquier otra forma de violencia», «se analizaron con gran provecho las perspectivas presentes y futuras, relativas a la deseada solución pacífica».

Por último, el comunicado concluye subrayando la contribución que puede ofrecer la Iglesia católica al restablecimiento de la paz y la reconciliación en el país vasco.

Casi novecientos asesinatos
ETA es una organización terrorista de carácter nacionalista que nominalmente persigue la constitución en Euskadi (País Vasco) de un Estado independiente y socialista. Su nacimiento se remonta a la segunda mitad de los años cincuenta, en pleno régimen de Francisco Franco, cuando un grupo de jóvenes decidió crear una nueva organización nacionalista que rompiera con el inmovilismo en que, según ellos, había caído el Partido Nacionalista Vasco, actualmente primer Partido en esta comunidad que cuenta con una de las mayores autonomías en Europa. En 1959 se fundó Euskadi ta Askatasuna (ETA, Euskadi y Libertad), cuyos principios básicos eran la defensa del euskera (idioma vasco), el etnicismo y el antiespañolismo.

La práctica terrorista de ETA ha sido uno de los elementos más desequilibradores durante las últimas décadas de la historia de España. Además de las millonarias pérdidas materiales causadas, su actuación alcanza su más triste balance en los casi novecientos asesinatos, los millares de heridos y las decenas de secuestros perpetrados en las tres últimas décadas.

Frustrada por la complacencia de los vascos con el lugar que ocupan en España y Europa, ETA declaró una tregua unilateral a finales de 1998. El presidente José María Aznar, del Partido Popular, quien sobrevivió a un intento de asesinato de ETA, se negó a negociar con la banda a menos que ésta hiciera antes una renuncia a las armas.

ETA reanudó su campaña de terror a principios de año. Desde entonces se le acusa de haber asesinado a 13 personas, políticos en su mayoría, y de desencadenar una oleada de terror basada sobre todo en la violencia callejera en el País Vasco.

El Papa por la paz
En la homilía de la misa de canonización de María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra, Juan Pablo II dijo ayer en euskera: «Que el ejemplo y la intercesión de Santa María Josefa del Corazón de Jesús ayuden al pueblo vasco a desterrar para siempre la violencia, y Euskadi sea una tierra bendita y un lugar de pacífica y fraterna convivencia, donde siempre se respeten los derechos de todas las personas y nunca más se derrame sangre inocente».

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ZENIT Staff

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