Malawi se muere literalmente de hambre

Denuncia de un misionero contra la clase política

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

LILONGWE, 1 marzo 2002 (ZENIT.orgFides).- El presidente de Malawi, Bakili Muluzi, declaró el 27 de febrero el estado de emergencia nacional ante el hambre y lanzó un llamamiento de ayuda a la comunidad internacional.

El 75% de los 10 millones de habitantes del país corre peligro de morir de hambre, en estos momentos.

El padre Piergiorgio Gamba, misionero montfortiano desde hace 25 años en Malawi, ha descrito en estos términos a la agencia misionera Fides la dramática situación que está vivierndo el país.

«La gente se mata por un pedazo de pan, el número de homicidios ha aumentado desmedidamente y reina la inseguridad. En todos los años que he pasado en este país nunca ví una situación semejante», afirma el misionero.

«Hay poquísimos víveres. Incluso quien dispone de dinero tiene dificultad en procurárselos», constata el padre Gamba. «Las personas se nutren de raíces y de una especie de langostas que son también venenosas».

«Por las calles se ven personas terriblemente delgadas –añade–. Al inicio (en diciembre), sólo los estratos más pobres de la población fueron afectados por la carestía; luego, en enero, todo el país se resintió».

Las causas de la tragedia, según Gamba, son políticas. «El gobierno ha vendido las reservas de víveres, calculando mal las necesidades del país».

«Se sospecha también que una parte de las reservas haya sido adquirida a poco precio por amigos del gobierno, que ahora venden los víveres a un precio cinco veces superior», denuncia.

Para intervenir la comunidad internacional esperaba que el gobierno declarara el estado de emergencia, pero, por cuestiones políticas, el presidente tardó en tomar esta decisión.

«En los precedentes 30 años de dictadura, nunca se verificó una tragedia semejante. El nuevo régimen democrático no desea perder la cara ante el electorado», sigue informando el misionero.

«Se trata, sin embargo, de una política suicida: la gente muere de hambre y es inútil esconderlo. La comunidad internacional debe actuar ahora rápidamente», afirma.

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

ZENIT Staff

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación