Monseñor Martino: Tras Irak, revisar y reforzar el papel de la ONU

ROMA, 11 abril 2003 (ZENIT.org).- Tras la crisis internacional creada por la intervención militar en Irak, el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, considera que es «más necesaria que nunca una autoridad mundial que asegure la paz y promueva el desarrollo de los pueblos».

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«La situación de crisis de la ONU causada por la guerra en Irak no contradice sino que refuerza la petición de la «Pacem in Terris» sobre una autoridad política mundial», dijo el arzobispo Renato R. Martino al intervenir en un congreso conmemorativo de los cuarenta años de esa encíclica publicada por Juan XXIII en plena guerra fría.

Moderaba el acto, celebrado en la Universidad Pontificia de Letrán, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de Juan Pablo II.

Para monseñor Martino, «el bien común es un concepto moral cualitativo que solicita una adecuada autoridad política mundial».

Ahora bien, aclaró, «la ONU no es un superestado, ni un supertribunal, su esencia está en el proceso participativo de construcción de esta autoridad universal».

Las Naciones Unidas, explicó Martino citando palabras de 1965 de Pablo VI, son más bien «el camino obligado de la civilización moderna y de la paz mundial».

El arzobispo, que durante 16 años fue observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, explicó que «es el momento de construir una ingeniería constitucional de la humanidad para que las Naciones Unidas puedan desarrollar su papel insustituible».

Para alcanzar este objetivo, afirmó, «es necesario favorecer la multilateralidad, no sólo a nivel diplomático, sino también en el ámbito de los planes de desarrollo».

Esto requiere «la deseada revisión de la estructura misma de las Naciones Unidas, de manera que todos los Estados miembros encuentren suficientes garantías de respeto de sus intereses y –como subraya la «Pacem in Terris»– de respeto del principio de la dignidad de todas las naciones y de todos los pueblos».

Debe ser «una autoridad mundial subsidiaria» aclaró para garantizar una «manera de gobierno mundial que favorezca la paz».

Monseñor Martino concluyó explicando que «el debilitamiento de los organismos internacionales podría implicar un debilitamiento de la conciencia de ser una única familia».

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ZENIT Staff

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