Para agencias internacionales el nacimiento de un niño es una catástrofe

Habla el profesor Michel Schooyans, experto en demografía

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CIUDAD DEL VATICANO, 11 oct (ZENIT.org).- En la tarde de hoy comenzó en el Vaticano, en el aula de las audiencias generales, el Congreso internacional teológico pastoral de tres días sobre el tema «Los hijos, primavera de la familia y de la sociedad».

Se trata de una iniciativa organizada por el Consejo Pontificio para las Familias, organismo vaticano dirigido por el cardenal Alfonso López Trujillo, que pretende preparar el Jubileo de las Familias, una cita que reunirá entre el sábado y el domingo próximo a unas 200 mil personas en Roma en torno a Juan Pablo II (Cf. «Jubileo de las familias: Los niños, al centro de la sociedad»).

En el congreso participan 6 mil personas en representación de las Conferencias episcopales de todo el mundo (obispos, sacerdotes y parejas encargados a nivel nacional de la pastoral familiar), así como responsables de organizaciones y movimientos comprometidos a favor de la familia y la vida. Entre los conferenciantes se encuentran expertos de renombre internacional (Cf. «Exclusivo: Recta final al Jubileo de la familia»).

Para comprender los objetivos de este encuentro, «Zenit» ha entrevistado al profesor Michel Schooyans, considerado uno de los mayores expertos del mundo católico en materia de bioética y demografía.

Schooyans, que acaba de publicar en Italia el libro «Nuevo desorden mundial» («Nuovo Disordine Mondiale», editorial San Paolo), es profesor de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Este sacerdote alcanzó fama internacional con la publicación del libro «La deriva totalitaria del liberalismo» (en francés, «La dérive totalitaire du libéralisme»). La Santa Sede le ha encomendado escribir las meditaciones que se leerán durante el «Viacrucis de las familias», que se celebrará en la plaza de San Pedro el 12 de octubre, en el que el sufrimiento de las familias será puesto ante la cruz de Cristo.

Zenit: El Jubileo de las familias tiene por tema: «Los hijos, primavera de la familia y de la sociedad». ¿Por qué se ha escogido este tema?

— Michel Schooyans: Según la sabiduría popular, el niño que viene al mundo es un «regalo». Se trata de un dicho que nuestras abuelas repetían mucho antes de que existiera la abundancia de bienes de consumo a la que estamos acostumbrados hoy. El niño no es un peso. Es, ante todo, un don, el don más bello que pueda hacer una mujer al marido; el don más bello que puede hacer un hombre a su mujer; el don más bello que puede hacer la familia a la sociedad. Es verdad que un nacimiento no produce nada y uno conlleva una renta, pero es un potente estímulo para los padres que desean ofrecer al niño un ambiente agradable, una buena educación, ropa, vacaciones, etc. Al mismo tiempo, el niño estimula a los poderes públicos a mejorar las infraestructuras, el sistema educativo, a modernizarse.

De este modo, el niño, no sólo estimula a la familia, sino también a la vida económica, social, política… Es por tanto aberrante establecer un principio simplista, según el cual, el niño es un peso (especialmente en países del tercer mundo) y por tanto el aborto y la esterilización son «económicamente preferibles» a un nacimiento. A veces da la sensación de que algunas agencias internacionales de la ONU sienten más alegría por el nacimiento de una vaca que de un niño. Es más, un bebé parece ser visto como una catástrofe.

Zenit: «La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado» dice el artículo 16, 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por desgracia, 52 años después de la publicación de esta declaración, representantes de países en vías de desarrollo piensan que defender la familia implica impedir la intervención de los organismos de las Naciones Unidas. En efecto, los programas de control de población en Asia, América Latina y África implican la esterilización o el aborto, convirtiéndose en auténticas violaciones de los derechos humanos. ¿Cómo se ha llegado a esta situación?

— Michel Schooyans: Varios indicios convergentes prueban que la Declaración de 1948 esta amenazada. Las amenazas proceden, ante todo, de la voluntad de prolongar la lista de los derechos humanos, incluyendo algunos «nuevos derechos», entre los que se incluye el derecho a la «salud sexual y reproductiva» que comprende «el derecho al aborto», incluso para las menores de edad y sin el consenso de sus padres, el reconocimiento jurídico de las parejas de homosexuales y de los diferentes modelos de familia.

La Federación Internacional para la Planificación Familia (IPPF) y Family Care International junto a muchas otras organizaciones están haciendo todo lo posible para difundir esta nueva mentalidad. La Unión Europea desempeña un papel fundamental en este sentido. En las Conferencias Internacionales de la ONU de El Cairo (1994) y de Pekín (1995) se convirtió en uno de los principales promotores de estos «nuevos derechos»». La Carta Global de la Sanidad, preparada por la Organización Mundial de la Salud, también los menciona. Para esta mentalidad, existe la familia heterosexual, clásica, pero también está la familia homosexual… Se da el caso de madres «de alquiler», o de madres biológicas que trabajan para parejas que no pueden tener hijos. Surgen así casos imposibles de resolver legalmente: ¿Quién es la madre? ¿Quiénes son los padres? De este modo, el uso ambiguo del término familia podría llevar a la desaparición de los derechos económicos, sociales y culturales de las familias tradicionales.

Zenit: En un reciente encuentro de sexólogos celebrado en Berlín, la profesora Judith Mackay de Hong Kong, que trabaja en la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que en el futuro: «Tan sólo algunos obstinados, ultraconservadores guiarán las resistencias de retaguardia: las religiones aceptarán en todo el mundo la píldora y los demás anticonceptivos, admitirán homosexuales y lesbianas como sacerdotes, combatirán juntos en la ONU contra la discriminación sexual. Quien quiera tener descendientes podrá escoger niños a la medida en cuanto al coeficiente intelectual o al color del pelo. El «cybersex» provocará la crisis entre las parejas: el erotismo virtual será la primera causa de divorcios. Nadie se sentirá hombre o mujer para toda la vida, los papeles desaparecerán». Según la experta de la OMS esto es progreso, usted, ¿qué opina?

— Michel Schooyans: Una corriente feminista muy activa ha desarrollado la ideología del «gender» (género). Distingue las diferencias biológicas (sexo) de los papeles atribuidos por la sociedad al hombre y a la mujer (de aquí viene el término «género»). Según esta ideología, las diferencias entre «géneros» humanos no son naturales, sino que más bien aparecen en el curso de la historia y son creadas por la sociedad. Se trata, por tanto, de diferencias culturales. Según esta ideología, es necesario abolir totalmente toda distinción entre hombres y mujeres. Términos como matrimonio, familia, madre, tienen que ser eliminados, pues no corresponden a ninguna de las realidades admitidas por esta ideología, es más, evocan situaciones históricas superadas que la ideología debe denunciar y destruir.

Como primera consecuencia, si se eliminan las diferencias entre el hombre y la mujer, la masculinidad y la femineidad propias del ser humano dejan de tener sentido. Para el individuo, el cuerpo se convierte de este modo en un simple instrumento para disfrutar de todo tipo de placer: homosexualidad, placeres egoístas… Aunque esto implique el aborto…

E
stá claro que nos encontramos ante un proyecto que pretende trastornar los modelos culturales. No se trata sólo de añadir nuevos derechos, se trata de algo mucho más profundo: reinterpretar radicalmente los derechos que ya habían sido reconocidos.

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ZENIT Staff

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