Según Blair, prohibir a católicos representar al país ante el Vaticano es ridículo

Comentario del ex primer ministro británico en la BBC

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LONDRES, miércoles, 17 febrero 2010 (ZENIT.org).- Tony Blair echó abajo la política del Gobierno británico de prohibir a los católicos representar al país ante la Santa Sede al considerar la prohibición “la cosa más rídicula que he oído nunca”. Esto es lo que el ex primer ministro –ahora él mismo católico- revela en un documental que fue emitido hoy miércoles en la BBC de Irlanda del Norte.

En el documental, titulado “Nuestro Hombre en el Vaticano”, Blair comenta su sorpresa al conocer en 2005 esta política, cuando el puesto del embajador quedó vacante.

“Dije: ‘Es el Vaticano, el Papa, es católico. ¿Quiere decir que nosotros actualmente como política… no podemos tener a un católico?’. Dije: ‘¿Qué es esto? Es la cosa más ridícula que he oído nunca”, comentó Blair, según informa la BBC.

”¿Puede usted imaginar que nosotros hemos dicho durante años y años que la única categoría de persona que no podemos tener como embajador ante la Santa Sede es alguien que comparte su fe? –añadió–. No pienso que esto sea muy sensible, no actualmente”.

“Aparte de ser discriminatorio, ¿hasta qué punto es estúpido?”, añadió.

La relaciones diplomáticas formales entre Inglaterra y la Santa Sede se establecieron por primera vez en 1479; de hecho, el puesto de embajador ante la Santa Sede es el más antiguo en el servicio diplomático del Reino Unido.

Sin embargo, cuando la relación de Inglaterrra con el Vaticano se torció bajo Enrique VIII, los lazos se rompieron y no se restauraron hasta 1914.

La BBC señaló que en 1917 un memorandum del Foreing Office establecía que la representación de Gran Bretaña ante la Santa Sede “no debería ser desempeñada con irrazonable temor al Papa”.

La elección de la Administración Blair de Francis Campbell, todavía embajador británico, finalmente rompió esta tendencia.

Ahora, la embajada es considerada una “parte vital de la red internacional del Reino Unido”, como explica el sitio de la embajada. “La misión trabaja conjuntamente con la Santa Sede sobre desarrollo internacional, diálogo interconfesional y cambio climático. Pero estos ejemplos son repetidos en ecumenismo, prevención de conflictos, desarme y derechos humanos, por no mencionar el valor de la Santa Sede como un puesto de escucha global”.

“En una era en la que la religión ha emergido una vez más en las relaciones internacionales, el Vaticano es clave para el continuo debate político sobre la realción adecuada entre fe y política. El Vaticano es una influencia estabilizadora clave en el debate fe-política global y ayuda a mantener una discusión racional”, añade.

El papel de Campbell como embajador será único en este año en el que prepara el viaje de Benedicto XVI a Gran Bretaña en septiembre.

El Santo Padre ya causó un revuelo en Inglaterra cuando dijo a los obispos del país el 1 de febrero que alguna legislación diseñada para proteger la igualdad impone “injustas limitaciones sobre la libertad de las comunidades religiosas a actuar de acuerdo a sus creencias”, y a veces “actualmente viola la ley natural”.

El Gobierno británico está considerando la Ley de Igualdad, defendida como protección contra la discriminación por sexo u orientación sexual.

Los críticos advierten que esta podría restringir la libertad de la Iglesia de seleccionar a sus equipos o incluso a sacerdotes que vivan de acuerdo a la enseñanza y moralidad de la Iglesia.

Traducido del inglés por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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