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A todas las personas de buena voluntad:
Les saludamos deseando que el Espíritu del Señor colme de Paz su corazón.
En esta hora, ante el llamado suplicante de solidaridad con nuestras hermanas y hermanos Cristianos en Irak, por voz de sus pastores, que están siendo perseguidos, expulsados de sus casas, separados de su familia y desplazados con fuerza de su tierra y de su patria, transmitimos a todos este mensaje con sentimientos entrañables de que la paz del Señor allane los caminos.
La primera acción a la que estamos llamados es a la intensa oración en la presencia del Espíritu Santo, fuerza vital de Dios que, por ser amor, comunica amor y produce vida, a fin de que nuestras hermanas y hermanos permanezcan fieles, a ejemplo de Abraham, nuestro padre en la fe.
Sea esta próxima celebración de Pentecostés, momento en que el Espíritu Santo nos capacite en torno a María, Madre de la Iglesia y nos impulse a emprender la misión de la reconciliación, que otorgue especialmente, a quienes en Irak viven cotidianamente el odio, la frescura del perdón; que ante la terrible confusión de la violencia, la minoría cristiana sea instrumento de paz y ante tanto sufrimiento, a todos llegue el consuelo.
Los invitamos a emprender una oración ferviente en sus comunidades y a manifestar en acciones claras y concretas nuestra solidaridad con estos pueblos para erradicar las causas de su sufrimiento.
Es la paz del mundo que deseamos profundamente. Que el Señor nos de su paz.
Fraternalmente,
Mons. Luis Artemio Flores Calzada
Obispo de Valle de Chalco
Coord. de la Dimensión Pastoral Social – Cáritas de la CEPS
