HO CHI MINH, 14 nov (ZENIT.org–FIDES).- El presidente de Estados Unidos Bill Clinton se encontrará con representantes católicos y protestantes durante la visita que realizará a Vietnam, entre el 17 y el 18 de noviembre, para conocer personalmente la situación religiosa del país y para pedir más apertura al gobierno de Hanoi.
El presidente estadounidense llegará a la capital vietnamita inmediatamente después del encuentro de los líderes de los países del área Asia-Pacífico, que tendrá lugar en Brunei los días 15 y 16 de noviembre.
Según informaciones recogidas por la agencia de la Santa Sede, Fides, el presidente asistirá a la santa misa en la catedral de la Inmaculada de Saigón, el día 18 de noviembre, y se encontrará con el arzobispo de Ho Chi Minh, monseñor Juan Bautista Pham Minh Man.
Laicos católicos vietnamitas, contactados por Fides, esperan que la visita de Clinton y su encuentro con monseñor Pham Minh Man sea ocasión para mostrar al mundo el estricto control en que viven todas las religiones del país y especialmente la Iglesia católica.
Dice un laico de Saigón: «Somos felices de que venga y esperamos que, además de hablar de economía y de contratos, hable también de derechos humanos y religiosos».
Un sacerdote ha pedido a Fides que sugiera a Clinton que se encuentre también con el obispo de Phan Thiet, monseñor Nicolás Huynh Van Nghi, responsable de los programas sociales de los católicos, empeñado actualmente en encontrar ayudas para la población del delta del Mekong, flagelada por los efectos de la inundación.
Este sacerdote, que quiere conservar el anonimato, añade: «Pienso que Clinton debería visitar también, junto con monseñor Huynh Van Nghi, las poblaciones víctimas de las inundaciones, para percatarse de las dificultades que tienen que afrontar la población y la Iglesia en este país».
El Gobierno de Hanoi, desde hace más de un año, ha establecido nuevas normas que limitan claramente las actividades religiosas en las iglesias, conventos e inclusive en el sector caritativo.
El Departamento de Estado americano publicó hace meses un dossier sobre la situación de la libertad religiosa en el mundo, en el que Vietnam es citado entre los países que «restringen la libertad de fe o de religión de manera totalitaria o autoritaria».
Hanoi, por su parte, rechazó las acusaciones estadounidenses como una «interferencia en los asuntos internos» del país y como «contrarias a los principios fundamentales de las leyes internacionales».
La visita de Clinton podría tener consecuencias inesperadas para los protestantes: el gobierno se prepara a reconocer las Iglesias protestantes del sur de Vietnam, que son todavía ilegales. Hanoi rechazó en los últimos 25 años ofrecer su reconocimiento, pues se han negado a instituir una Asociación patriótica ligada al gobierno.
En las últimas semanas, el Departamento para los Asuntos Religiosos invitó a estas Iglesias a elaborar una Constitución y a preparar una Conferencia de los Protestantes del Sur de Vietnam para el 12 y 13 de diciembre.
Entre los líderes protestantes, sin embargo, no hay unidad de puntos de vista: muchos temen que el reconocimiento oficial sofoque la libertad de muchos pastores.
Desde 1975 las Iglesias protestantes del sur y centro de Vietnam han pasado de 150.000 fieles a cerca de 800.000. Muchos de ellos pertenecen a las tribus de los Montagnards, vistos siempre con sospecha por el gobierno vietnamita por sus tendencias autonomistas.
Según fuentes locales, en el país hay cerca de 1.500 iglesias protestantes domésticas (y, por tanto, ilegales) y sólo 350 iglesias oficiales. Muchos líderes protestantes están en la cárcel o sufren limitaciones de su libertad.