VALENCIA, 19 septiembre 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana ha dado la razón a los profesores de religión de primaria que imparten la asignatura en los colegios públicos, y que pedían la equiparación de sus sueldos en el 2001 con los de los profesores interinos.
El Convenio de Primaria firmado en 1999 con la Administración y que pactaba la equiparación de los sueldos de los profesores de religión con el de los interinos no se reguló debidamente, y en muchos casos todavía no se había cumplido lo pactado. Ésta sentencia del Tribunal de Justicia es la primera producida desde entonces sobre este tema.
la sentencia que se produjo a finales del mes de julio y que ha sido hecha pública ahora resuelve por tanto una demanda antigua de los profesores de Religión de primaria.
Mariví Iribarren, presidenta de la Asociación de Profesores de Religión de Centros Públicos en la Comunidad Valenciana (Apereva) se manifiesta satisfecha con la sentencia y espera que no sea recurrida.
Iribarren reconoce que la situación de los profesores de religión en los centros públicos va mejorando progresivamente, y aunque ya se ha superado la época en la que los profesores no tenían ni siquiera seguridad social «todavía no se acaba de coger al toro por los cuernos».
No obstante, la presidenta de Apereva es optimista; el mes próximo, la Asociación tiene previsto comenzar un diálogo con la Administración Valenciana para encontrar soluciones a las reclamaciones pendientes de los profesores.
Una de las más importantes es el reconocimiento de la antigüedad, pues como dice Iribarren «una cosa es que al ser la asignatura confesional, la Iglesia haga una propuesta anual de los profesores, y otra que la Administración no reconozca la antigüedad».
Los profesores exigen también no ser contratados por horas, que se cree un Estatuto jurídico del profesor de Religión y que se respeten los derechos del profesor que deben tener las mismas condiciones laborales que el resto de los profesores de otras asignaturas.
Respecto a la asignatura «Sociedad, Cultura y Religión», que entrará en vigor en el próximo curso escolar, Iribarren la califica como «un acierto» de la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE).
Mariví Iribarren considera que el estatuto de la parte confesional de la asignatura no ha cambiado. «No se obliga a nadie a dar Religión. La Religión confesional está como antes, sólo que ahora se ofertará en la opción no confesional conocer el fenómeno religioso desde un punto de vista cultural».
«La opción anterior era absurda, «o Religión o nada», eso era minusvalorar la importancia que los valores tienen en la educación, no reconocer la importancia de un estudio histórico de las religiones, de la relación del hombre con el fenómeno religioso», añade.
Para Iribarren la situación anterior demostraba un «no querer enfrentarse con la realidad y no reconocer que casi todos los países europeos democráticos enseñan Religión en sus escuelas públicas, en algunos sitios de forma obligatoria, y en otros como en España, de forma opcional».
Finalmente, la presidenta de Apereva admite que la situación de los profesores de Religión primaria en los centros públicos se ha normalizado entre otros factores porque «tenemos una ventaja: la asignatura de Religión sigue siendo mayoritariamente elegida por los padres».
