HARARE, 4 abril 2003 (ZENIT.org).- Los obispos de Zimbabwe, preocupados por la situación política y económica del país, han vuelto a pedir al gobierno de Mugabe un compromiso concreto para restablecer un clima de paz y de justicia que anime la plena participación de todos los ciudadanos.
El llamamiento es parte de la carta patoral de esta Cuaresma, dedicada a la actual crisis en el país, donde las tensiones políticas causadas por cuestión agraria –pendiente de resolución–, han llegado a un nivel elevadísimo.
El mensaje se dirige especialmente a los fieles, a los que se exhorta, como indica el título del documento, a la «conversión de los corazones» y a testimoniar los valores del Evangelio: el respeto de la vida y de la dignidad de la persona humana, la solidaridad, la búsqueda del bien común y sobre todo la paz.
Una paz, subrayan los obispos, que no puede prescindir de la «verdad, la justicia, el amor y la libertad», líneas subrayadas por Juan XXIII en su encíclica «Pacem in Terris».
Tras detenerse en las repercusiones sociales del declive económico del país, en especial el paro y la pobreza crecientes de la población, los obispos lamentan el clima de violencia y de intimidación que penetra la sociedad, así como la corrupción extendida en la clase dirigente.
Además expresan su preocupación por el deterioro de la asistencia sanitaria en el país, donde el Sida hace estragos.
Los prelados de Zimbabwe invitan al gobierno a reanudar el diálogo con la sociedad y a los ciudadanos a participar activamente en la vida pública para salir del actual «impasse».
Por último exhortación a los católicos que ocupan cargos de responsabilidad a que ejerzan «sus funciones según la doctrina social de la Iglesia» y a todos los fieles a la caridad y a la oración por la paz en Zimbabwe.
