Aprobada la investigación con embriones en el Reino Unido

Tan sólo unos días antes de la Navidad, los parlamentarios británicos
dieron luz verde a extender la investigación al uso de embriones humanos.
Según la BBC (19 diciembre), el voto para relajar las normas actuales tuvo
una mayoría de dos tercios, con 366 miembros que votaron en favor de la
enmienda y 174 en contra.

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La justificación de la medida es que las células pueden ser obtenidas en un
estadio muy temprano de su desarrollo. Algunos científicos mantienen que
estas células estaminales de embriones revolucionarán el tratamiento de
enfermedades tales como el mal de Alzheimer y el Parkinson. Estas células
estaminales pueden, en teoría, se inducidas a crecer convirtiéndose en
cualquier tipo de tejido humano. Podrían ser usadas, por ejemplo, para
crear células nerviosas para injertarlas en los cerebros de enfermos de
Parkinson.

Dada la amplia controversia sobre el uso de embriones para experimentación,
los miembros del Parlamento tenían libertad de voto sobre la enmienda a la
Ley sobre Fertilización Humana y Embriología de 1990. La Ley permitía
investigación con licencia usando embriones humanos solamente con fines
estrictamente limitados relacionados con la infertilidad y por un periodo
restringido de 14 días.

La enmienda amplía la Ley de manera que los embriones en un estadio
temprano puedan ser usados para la investigación sobre enfermedades no
congénitas. Los parlamentarios no tuvieron oportunidad de votar sobre otro
tema relacionado con éste de la clonación humana limitada, es decir, la
creación de embriones con una conformación genética idéntica a un adulto
vivo para investigación médica. Al contrario de la clonación reproductiva,
que el partido laborista gubernamental ha pedido que se prohiba, el
Gobierno dice que la actual ley permite y controla la clonación terapéutica.

Debate sobre la medida

Antes del voto, los arzobispos católicos de Westminster y Glasgow
escribieron una carta al «Times» (14 diciembre) en la que expresaban su
oposición a los propósitos del Gobierno. El arzobispo Cormac
Murphy-O’Connor y el cardenal Thomas Winning indicaban que mientras «el
fin, la investigación de nuevos tratamientos para la enfermedad usando
células estaminales, es bueno en sí mismo, los medios que se proponen son
completamente inmorales. Crear y destruir vidas humanas simplemente para
extraer células estaminales es equivocado. Tal procedimiento usa las vidas
humanas como objetos manipulables».

Pero la oposición basada en la Iglesia a las enmiendas no era universal.
Según el «Telegraph» (3 diciembre), justamente un poco antes del voto una
nota informativa de la Junta directiva de Responsabilidad Social de la
Iglesia de Inglaterra rechazaba los temores de que permitir a los
científicos crear embriones como parte de la investigación de nuevos
tratamientos para la enfermedad podría ser la «pendiente resbaladiza» hacia
la clonación de seres humanos.

La Junta directiva argumentaba que tal investigación «se puede pensar que
es moralmente aceptable» cuando experimenta con embriones para descubrir
tratamientos para la infertilidad. Aunque este informe no representaba la
política oficial de la Iglesia, el documento, escrito por el canónigo John
Polkinghorne, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología Médica de
la Junta, fue calificado por el «Telegraph» de «ser de elevada influencia».

Entre quienes han impulsado grupos de presión en favor de relajar las
restricciones al uso de embriones, estaba la Asociación Médica Británica
(BMA). Según indicaba el «Times» (19 diciembre), la BMA se puso en contacto
con los 659 miembros del parlamento para urgirles a que respaldaran la
legislación que les permita la investigación con células estaminales.

El doctor Ian Bogle, presidente de la BMA, subrayaba el potencial enorme
beneficio para miles de personas minadas por serias enfermedades. Mientras
tanto, según el reportaje del «Times», el doctor Mike Dexter, director del
Wellcome Trust, dijo que si Gran Bretaña no iba adelante, corría el riesgo
de una nueva «fuga de cerebros» de científicos que dejarían el país para
irse al extranjero.

Mientras, el reportaje de la BBC citaba a Peter Garret, director de
investigación en la entidad benéfica anti-aborto «Life», que decía: «En
primer lugar, crear y destruir vidas humanas deliberadamente es
deshumanizante para los científicos que lo realizan y para la sociedad que
lo permite». «En segundo lugar, una vez que se abre la compuerta de la
producción de embriones humanos clonados, se están estableciendo las
premisas para la clonación total».

Durante el debate en el Parlamento, informó «The Guardian» (20 diciembre),
muchos portavoces hablaron a favor de ampliar la investigación basándose en
el alivio del sufrimiento humano. La ministra de Salud Pública, Yvette
Cooper, afirmó que «hay inmensos beneficios potenciales en permitir que
esta investigación vaya adelante, especialmente para quienes sufren
espantosas enfermedades crónicas».

Sin embargo el destacado parlamentario conservador por Gainsborough,
católico, Edward Leigh, rechazó la insistencia del ministro de que Gran
Bretaña no estaba en la pendiente resbaladiza hacia la clonación de seres
humanos. Leigh advirtió que la ciencia está corriendo el riesgo de «crear
un nuevo calco genético clonado de un ser humano que, si se permite, se
convertirá en un nuevo ser humano a menos que se destruya».

A pesar de estas alegaciones, el Parlamento aprobó la enmienda y ahora el
único obstáculo para su implementación podría ser un rechazo por parte de
la Cámara de los Lores a aprobar la propuesta gubernamental. Hasta ahora,
no hay pistas definidas sobre cómo se distribuyen los votos entre los lores
en este asunto.

Nuevas leyes en Australia y Japón

Aparte de Gran Bretaña, tanto Australia como Japón han modificado
recientemente sus leyes respecto a los embriones y la investigación médica.
Según informaba el diario de Melbourne «The Age» (14 diciembre), el
Parlamento federal australiano ha aprobado la legislación que prohibe la
clonación de seres humanos enteros y que prohibe injertar células humanas
en óvulos animales o implantar una combinación de células animales y
humanas en un útero humano.

Sin embargo, en un comentario sobre la nueva ley, Nicholas Tonti-Filippini,
un experto en ética médica, advertía que la legislación, que fue formulada
de prisa y aprobada en medio de una gran confusión procedimental, en las
primeras horas de la mañana siguiente a una sesión maratoniana, no prohibe
la formación de un embrión humano por medio de la transferencia nuclear de
células somáticas a un óvulo humano.

Esta última técnica, la misma que fue usada para producir la oveja clonada
Dolly en Escocia hace tres años, es, en opinión deTonti-Filippini, la forma
más probable de clonación humana con el propósito de luego desmembrar el
embrión de tres o cuatro días para obtener células estaminales para su uso
en la investigación médica.

El experto en ética señaló también algunos defectos adicionales de la
legislación. El más serio de éstos es que el Gobierno ha prohibido en
realidad solamente la producción de seres humanos por clonación. No ha
prohibido la formación de zigotos, embriones o fetos por clonación humana.

De hecho, indica Tonti-Filippini, un portavoz del Gobierno dijo al Senado
que el Gobierno apoya la clonación terapéutica, cuya intención sea producir
tejidos y órganos. Dado que un órgano completo sólo se desarrolla en un
feto maduro, quiere decir que el Gobierno australiano está apoyando no
solamente la clonación de embriones humanos sino también su implantación en
una mujer y un posterior aborto para obtener órganos humanos del feto.

Poco antes del cambio australiano, el Parlamento japonés votó a favor de
una medida para declarar ilegal la clonación de personas humanas. Según
Associate
d Press (30 noviembre), el Parlamento aprobó una medida que
convierte la clonación de seres humanos en un delito, punible con hasta 10
años de prisión o una multa de 90.000 dólares.

La ley, que prohibe la creación de embriones humanos implantando células
somáticas en un óvulo, es la primera en Japón que penaliza un tipo especial
de investigación, dijo un portavoz parlamentario.

La legislación, que también pide al Gobierno que diseñe normativas para
regular la tecnología de la clonación, fue aprobada en la cámara alta con
una votación de 229 contra 11. Había sido aprobada en la cámara baja a
principios de noviembre. La ley también prohibe la mezcla de células
humanas y animales para crear embriones híbridos y veta la implantación de
embriones híbridos en madres humanas o animales.
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Contenido provisto por SEMANA INTERNACIONAL
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ZENIT Staff

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