El Papa exige a la política y a la económica más atención por los enfermos

Demasiadas personas sin atención sanitaria, denuncia

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CIUDAD DEL VATICANO, 11 feb 2001 (ZENIT.org).- En la fiesta de la Virgen de Lourdes, Jornada Mundial del Enfermo, Juan Pablo II lanzó un llamamiento «especialmente» dirigido a quienes tienen responsabilidades políticas y económicas para acabar con la grave injusticia que sufre quien carece de asistencia sanitaria.

«Al contemplar la actual situación mundial –dijo Juan Pablo II al saludar este domingo a mediodía a más de diez mil peregrinos congregados en la plaza de San Pedro– no puedo olvidar a todos los hermanos y hermanas, demasiados, que todavía hoy carecen de los tratamientos sanitarios indispensables».

«Se trata de una grave injusticia que reclama con urgencia un esfuerzo por parte de todos, especialmente de quienes tienen mayores responsabilidades a nivel político y económico», aclaró el pontífice antes de rezar con los presentes, como todos los domingos, la oración mariana del «Angelus».

Juan Pablo II dio las gracias en nombre de la Iglesia a todos aquellos, «individuos, instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales», que «se dedican con premura admirable al servicio de los enfermos y de los que sufren».

«Pienso en particular –confesó–, en ese frente de religiosos y religiosas que, en los hostales y en los pequeños centros sanitarios, junto a numerosos laicos, trabajan en los países más pobres en medio de dificultades y conflictos, poniendo a riesgo incluso la propia vida para salvar la de los hermanos».

El obispo de Roma les alentó a continuar con esta «obra benemérita que en muchas naciones está produciendo una amplia y providencial sensibilización de las conciencias».

Asimismo recordó que la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebraba en ese día, ha tenido este año su centro en Sydney (Australia) con el lema: «La nueva evangelización y la dignidad del hombre que sufre».

«Los hospitales y los centros para enfermos o ancianos y toda casa en la que está presente el sufrimiento humano constituyen ámbitos privilegiados en los que hay que hacer resonar el mensaje del Evangelio, portador de esperanza –explicó el sucesor de Pedro–. Por tanto, es importante que, al inicio del milenio, se dé un nuevo empuje al secular compromiso de la Iglesia en el mundo de la salud, auténtico laboratorio de la civilización del amor».

Luego, ya en la tarde, Juan Pablo II quiso encontrarse y saludar personalmente a los enfermos que participaron en la misa celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano por el cardenal Camillo Ruini, vicario del Papa para la diócesis de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

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ZENIT Staff

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