CASTELGANDOLFO, 13 febrero 2001 (ZENIT.org).- Castelgandolfo, localidad situada a unos 30 kilómetros de Roma, reúne del 10 al 16 de febrero a 85 cardenales y obispos provenientes de 37 países de los cinco continentes. Todos tienen una pasión común: la espiritualidad de la unidad.
Se trata precisamente de obispos amigos del Movimiento de los Focolares, fundado por Chiara Lubich durante la segunda guerra mundial, y que hoy día cuenta con unos 4 millones de seguidores y simpatizantes.
El hilo conductor del encuentro es la nueva carta apostólica de Juan Pablo II, «Novo Millennio Ineunte», con la que el 6 de enero pasado clausuró el Jubileo del año 2000.
En la inauguración, efectuada el sábado 10 de febrero, el cardenal Miloslav Vlk, arzobispo de Praga y promotor del encuentro, presentó un análisis vital de la reciente carta apostólica de Juan Pablo II.
Entre charlas de espiritualidad, reflexiones teológicas y testimonios, el congreso se articula en tres grandes etapas: «una espiritualidad para construir la Iglesia comunión»; «el Cristo crucificado y resucitado como fuente de la comunión eclesial»; y «la nueva evangelización que a través del diálogo alcanza el corazón de las diversas culturas, los creyentes de las varias religiones, y las realidades socio-políticas en un mundo globalizado».
Un papel decisivo tiene el intercambio de experiencias de los mismos obispos, de sacerdotes, religiosos y laicos sobre «la comunión entre los carismas», «el potencial del dolor», «la vida de comunión y la santidad», y «Jesús abandonado y la familia».
Ayer, por la tarde, la fundadora del movimiento, Chiara Lubich, ofreció la ponencia fundamental del encuentro y el jueves 15, también por la tarde, mantendrá un diálogo espontáneo con los obispos.
El Congreso, que concluirá el viernes 16, tendrá su punto culminante mañana, cuando todos los participantes irán al Vaticano para participar en una audiencia general con Juan Pablo II.