Los ataques, que tuvieron lugar el 3 de septiembre, produjeron un número indeterminado de heridos. Quedaron también destruidas una iglesia católica y varias casas en la diócesis de Torit.
El ataque no tienen ningún tipo de justificación estratégica o de represión de la guerrilla ya que según han declarado tanto representantes de la Iglesia como las agencias de ayuda humanitaria en esta zona sólo viven civiles.
La guerra civil que asola a Sudán ha producido ya tres millones de muertos y varios millones de desplazados.