ROMA, 13 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Los líderes religiosos musulmanes del mundo han condenado la violencia de los atentados que este martes negro flagelaron Nueva York y Washington, e insisten en que estos actos salvajes no están justificados por el Corán. Las divergencias surgen al calificar la acción de los kamikaze, especialmente en Palestina.

Mohammed Sayyed Tantawi, el gran Imam de la Universidad al-Alzhar de El Cairo, la más prestigiosa instancia religiosa del mundo islámico, en declaraciones concedidas este jueves al diario Avvenire , comenta los atentados con estas palabras: «El asesinato de hombres, mujeres y niños es una acción horrible y brutal que no puede ser aprobada por las religiones monoteístas ni por la mente sana de los hombres».

El mufti de Egipto, el jeque Nasr Farid Wassel, es más incisivo: «Nosotros condenamos y deploramos lo que ha sucedido en Estados Unidos contra civiles e inocentes, pues el Islam condena todo tipo de terrorismo, independientemente del lugar en que acaezca, y prohíbe la agresión contra civiles no combatientes de todas las sociedades, porque el Islam es una religión que da paz y seguridad para todo ser humano, independientemente de su sociedad, raza, religión, idioma o color».

«El Islam y la paz son las dos caras de la misma moneda en todo tiempo y lugar», concluye el mufti egipcio.

Desde Europa se ha alzado la voz de Dalil Boubakeur, rector de la Mezquita de París y jefe espiritual de la comunidad musulmana francesa. En declaraciones concedidas a la agencia Adnkronos, afirma que los actos terroristas en Estados Unidos «no reflejan para nada la religión islámica» y asegura que comparte totalmente las palabras de condena pronunciadas por Juan Pablo II.

El líder islámico parisino ha anunciado una reunión de responsables de varias religiones «para pronunciar una denuncia común y para dirigir un pensamiento conmovido a las víctimas de estos actos terribles».

«El terrorismo no es una enseñanza del Islam y las acciones de los kamikaze no forman parte de nuestra cultura», concluye Dalil Boubakeur.

Esta última aclaración, sin embargo, no encuentra la unanimidad entre los «ulemas» musulmanes. En los últimos años, doctores de la ley islámica se han dividido sobre la legitimidad de las acciones de los kamikaze.

En Egipto, una auténtica guerra enfrentó durante tiempo al precedente gran imán de al-Azhar con el mufti. Además de cuestiones como la licitud de los intereses bancarios, la infibulación, algunos caos de aborto, los dos líderes se dividieron sobre todo a la hora de considerar como «mártires» a los kamikaze palestinos.

Se trata de un tema que separa a líderes religiosos y políticos. En declaraciones concedidas a un canal de televisión de Egipto, el mes de abril pasado, un ministro palestino declaró que «los ataques kamikaze son un medio legítimo del que se sirven los palestinos para combatir al enemigo».

«El objetivo --aclaró-- es servir a Dios, luchar por la fe y la patria».

El tema causa profunda polémica, pues los kamikaze justifican sus actos citando versículos del Corán.ROMA, 13 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Los líderes religiosos musulmanes del mundo han condenado la violencia de los atentados que este martes negro flagelaron Nueva York y Washington, e insisten en que estos actos salvajes no están justificados por el Corán. Las divergencias surgen al calificar la acción de los kamikaze, especialmente en Palestina.

Mohammed Sayyed Tantawi, el gran Imam de la Universidad al-Alzhar de El Cairo, la más prestigiosa instancia religiosa del mundo islámico, en declaraciones concedidas este jueves al diario Avvenire , comenta los atentados con estas palabras: «El asesinato de hombres, mujeres y niños es una acción horrible y brutal que no puede ser aprobada por las religiones monoteístas ni por la mente sana de los hombres».

El mufti de Egipto, el jeque Nasr Farid Wassel, es más incisivo: «Nosotros condenamos y deploramos lo que ha sucedido en Estados Unidos contra civiles e inocentes, pues el Islam condena todo tipo de terrorismo, independientemente del lugar en que acaezca, y prohíbe la agresión contra civiles no combatientes de todas las sociedades, porque el Islam es una religión que da paz y seguridad para todo ser humano, independientemente de su sociedad, raza, religión, idioma o color».

«El Islam y la paz son las dos caras de la misma moneda en todo tiempo y lugar», concluye el mufti egipcio.

Desde Europa se ha alzado la voz de Dalil Boubakeur, rector de la Mezquita de París y jefe espiritual de la comunidad musulmana francesa. En declaraciones concedidas a la agencia Adnkronos, afirma que los actos terroristas en Estados Unidos «no reflejan para nada la religión islámica» y asegura que comparte totalmente las palabras de condena pronunciadas por Juan Pablo II.

El líder islámico parisino ha anunciado una reunión de responsables de varias religiones «para pronunciar una denuncia común y para dirigir un pensamiento conmovido a las víctimas de estos actos terribles».

«El terrorismo no es una enseñanza del Islam y las acciones de los kamikaze no forman parte de nuestra cultura», concluye Dalil Boubakeur.

Esta última aclaración, sin embargo, no encuentra la unanimidad entre los «ulemas» musulmanes. En los últimos años, doctores de la ley islámica se han dividido sobre la legitimidad de las acciones de los kamikaze.

En Egipto, una auténtica guerra enfrentó durante tiempo al precedente gran imán de al-Azhar con el mufti. Además de cuestiones como la licitud de los intereses bancarios, la infibulación, algunos caos de aborto, los dos líderes se dividieron sobre todo a la hora de considerar como «mártires» a los kamikaze palestinos.

Se trata de un tema que separa a líderes religiosos y políticos. En declaraciones concedidas a un canal de televisión de Egipto, el mes de abril pasado, un ministro palestino declaró que «los ataques kamikaze son un medio legítimo del que se sirven los palestinos para combatir al enemigo».

«El objetivo --aclaró-- es servir a Dios, luchar por la fe y la patria».

El tema causa profunda polémica, pues los kamikaze justifican sus actos citando versículos del Corán.