AUSTIN (EE.UU.) , 17 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Existe temor en los ambientes cristianos protestantes de Nicaragua, que sufrieron persecución durante el Gobierno del Frente Sandinista, de Liberación Nacional (FSLN) por su posible vuelta al poder. Acaban de dar la voz de alarma a través de la agencia de noticias Compass
El FSLN, al frente de la revolución popular que expulsó del poder al dictador Somoza en 1979, instauró en el país un Gobierno que se distinguió por su ataques a las comunidades cristianas críticas con el sandinismo y un régimen revolucionario que incluía los espías de barrio y represalias de las «turbas» populares contra elementos contrarios al Gobierno.
Ante las próximas elecciones que se celebrarán el 4 de noviembre, la mennonita Lois Orozco, que vivió en Nicaragua durante los once años de gobierno del Frente Sandinista en Nicaragua, tras la revolución de 1979, recuerda las redes de espías de barrio, los teléfonos pinchados y las jornadas de trabajo en domingo que obligaban a cavar trincheras para prevenir una invasión de Estados Unidos, que los sandinistas consideraban inminente.
«Estoy asustada –declara en declaraciones publicadas por la agencia Compass–. No deseo de
nuevo aquella vida».
El ex presidente Daniel Ortega se presenta a las elecciones y está en cabeza en los sondeos. Bajo aquel Gobierno, hubo líderes evangélicos y cristianos, críticos con los sandinistas, que fueron hostigados y algunos expulsados del país.
La «bestia negra» del Gobierno sandinista fue el entonces arzobispo de Managua, y ahora cardenal Miguel Obando Bravo. Sufrió la persecución oficial y varios sacerdotes fueron expulsados, sufrieron vejaciones públicas o no se les renovó el visado, en el caso de los extranjeros, por ser críticos con el Gobierno.
Pero al mismo tiempo formaron parte de la Administración sandinista los hermanos sacerdotes Cardenal. Uno, Ernesto, ex monje trapense y poeta –recibió la admonición pública del Papa cuando visitó aquél país–, como ministro de Cultura; y el otro, jesuita, Enrique, fue ministro de Educación. Otros religiosos católicos ocuparon importantes cargos en aquel Gobierno.
En 1983, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) etiquetó a la familia Orozco como «enemigos de la revolución» y les ordenó dejar el país en 24 horas. Pero un grupo protestante pro-sandinista intercedió, y los sandinistas les permitieron quedarse. La familia vive todavía en Managua, donde el cónyuge de Orozco, Marcos, preside la denominación mennonita nacional.