BUCAREST, 27 septiembre 2001 (ZENIT.org).- Se clausuró este jueves en el Palacio del Patriarcado rumano de Bucarest el Congreso Internacional «La familia y la vida al inicio de un nuevo milenio cristiano», un encuentro de tres días organizado por las Iglesias católica y ortodoxa, con el patrocinio del presidente rumano Ion Iliescu.
El presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el cardenal Alfonso López Trujillo, en su intervención, subrayó el papel de la familia fundada sobre el matrimonio que no puede ser equiparada a las nuevas uniones que pretenden equipararse con ella.
El cardenal colombiano, a quien se debe esta iniciativa, puso el acento sobre el drama que suponen hoy los 50 millones de abortos que se dan en el mundo.
En este sentido, precisó que se insiste demasiado en el derecho de las mujeres a poder elegir el aborto pero, lamentablemente, se habla poco del derecho a la vida del niño por nacer.
El patriarca ortodoxo rumano Teoctist insistió en la urgencia de restablecer un clima familiar, caracterizado por el amor, ante una realidad que desprecia la institución de la familia.
En el encuentro, se afrontó también la difícil situación de los miles de niños rumanos que viven en centros de acogida estatales.
La observadora del Parlamento Europeo para Rumanía, la baronesa Emma Nicholson de Winterboune, afirmó que la Iglesia debe desempeñar un papel vital junto a las autoridades locales y nacionales para ayudar al país a recuperar la dignidad en este aspecto tan importante.
